martes, 17 de diciembre de 2013

Desaíran empleados municipales, la Posada Navideña que le hizo “Pitufina” Por temor a que les descontaran el platillo de su salario

Por temor a que les descontaran el platillo de su salario

Desaíran empleados municipales, la Posada Navideña que les hizo “Pitufina”







Sr. Smith

Muy pocos empleados municipales, de confianza y sindicalizados acudieron el pasado Viernes  14 de diciembre, a las instalaciones del Mundo Nuevo; evento en el cual la alcaldesa Norma Leticia Salazar Vázquez, les había preparado su posada navideña; lógico después de haberles rebajado la retención del  Impuesto Sobre Producto de Trabajo (ISPT) y el tratar de robarles el aguinaldo.

En el caso del aguinaldo, la alcaldesa Norma Leticia, tuvo que practicar el vómito negro, al regresarle a los sindicalizados, lo que se les pretendió robar, ya que estos recientemente se le manifestaron, exigiéndole que le parara a sus hurtos, perdón, a las retenciones del ISPT, que quiso retener sobre este derecho.

A raíz de esa manifestación, los propios empleados municipales a manera de guasa le indilgaron el mote de “Pitufina” a la alcaldesa de Matamoros; en alusión aquellas caricaturas de los Pitufos; ya que la señorita presidenta municipal, le ha dado por pintar de azul a las dependencias municipales e inclusive ahora la “Navidad Mágica”, también será de ese color.
Matamoros ya se parece a la ciudad de los Pitufos; pero volviendo al tema de la posada que les organizó Normita a los empleados municipales, a la que muy pocos fueron, desairando a la primera autoridad por hipócrita y voraz.

Los pocos empleados sindicalizados que se hicieron presentes, llegaron al Mundo Nuevo y no se quisieron sentar en las mesas en donde se estaba sirviendo la cena; se quedaron parados por el temor a que les fueran a descontar el platillo de su salario, aquello parecía velorio en lugar de fiesta.

Por más que Erika Flores y Joe Mariano Vega, subdirectora de Recursos Humanos y Oficial Mayor del Municipio, insistían en que tomaran asiento, los humildes empleados sindicalizados no accedieron y unos a otros se miraban y hasta se decían:

“No, no, así estamos bien, gracias”.