EN PARTIDA DOBLE
EDICION 945
CORRESPONDIENTE
AL 1 DE AGOSTO DE 2017
Alejandro Mares
Berrones
La corrupción…¿Será posible acabar con
ella?
*Sancho Panza, en El Quijote, dijo: “Yéndome desnudo como me estoy
yendo, está claro que he gobernado como un ángel”.
China es un país que todo lo clona, la piratería prácticamente está en
todo y se ha convertido en el motor para producir riqueza para esa nación. Para
ellos la corrupción es progreso.
Aunque digan que son muy disciplinados, trabajadores, limpios y todo ese
bla, bla, bla. Son corruptos, venden “chafas”, engañan con la mala calidad de
sus productos, pero inundan el mundo con lo que producen porque saben que la
corrupción es globalizada; no existe nación que no padezca esta enfermedad
social.
Acabar con la corrupción no es fácil, no lo lograron los Romanos; a ver
cómo nos va a los Mexicanos, aunque siento que viene un cambio de consciencia
social, más que político en nuestro país; los ciudadanos van a participar más
en política y serán ellos, a través de las redes sociales quienes combatirán a las
lacras corruptas, llámense funcionarios públicos, políticos, empresarios,
líderes sindicales, instituciones de gobierno e incluso a la Delincuencia
Organizada.
Según la Biblia, la corrupción era una práctica tan extendida al punto
que, como todos sabemos, Judas Iscariote vendió a los romanos a su maestro
Jesús por 30 monedas de plata. Difícil tarea para López Obrador, sobre todo,
porque esta enfermedad social, se ha extendido por todos los rincones y
gobiernos de nuestro México lindo y querido como una mancha de aceite.
La llegada de Andrés Manuel López Obrador y su partido Morena al poder,
traen como objetivo principal, acabar o por lo menos bajarle a la corrupción
que carcome a México.
Dos propuestas me llaman la atención de López Obrador, la primera es que
le va apostar al Sector Energético, es decir, uno de los bastiones de la
corrupción política en nuestro país…
La otra, es el tema de la amnistía a delincuentes, esto es prácticamente
un perdón para todo aquel que ande en la ilegalidad y se quiera sujetar a las
reglas del Estado Mexicano…
Y para mí, esto lleva jiribilla: que la economía subterránea que produce
la ilegalidad y la delincuencia, entren al orden y genere riqueza, y la otra es
que se empiece a pacificar al país, porque el Crimen Organizado, se está
convirtiendo en un poder paralelo al gobierno federal y pudiera infiltrarse a
ese nivel…
Hay que recordar que Tomas Yarrington, le aventó “arañazos” a la
presidencia de la república, solo imagínese como estaríamos en el país, si el
ex narco gobernador de Tamaulipas hubiese llegado a la silla presidencial.
Es un secreto abierto, que en muchos estados de la república mexicana,
quien realmente manda, no son los gobernadores en turno, sino los narcos que
les financiaron sus campañas y con los que ahora cogobiernan; acá en mi
Tamaulipas, tenemos algunos ejemplos, como el caso mismo de Tomás Yarrington
Ruvalcaba, quien ahora se encuentra preso en una cárcel de Olmito, Texas,
llamada “Carrizales”… entre otros ex gobernadores, como Manuel Cavazos Lerma y
Eugenio Hernández Flores.
“El Peje”, sabe y sabe bien, pues ya recorrió el país en 3 ocasiones,
que muchos estados y municipios, están gobernados por el narco y la
delincuencia organizada, “son los amigos del poder”…
… y que ahora en México, las formas para acceder al poder han cambiado,
en muchos de los municipios de la patria, los candidatos tienen que pactar con
el narco; ya pasaron aquellos tiempos, de cuando un político rico accedía o
buscaba llegar a los asuntos públicos, solo con el anhelo de obtener poder y honor…
Como dijo Santo Tomás Moro: “Si el honor fuese rentable, todos serían
honorables”. En México, ya nadie busca servir por honor de manera “honorifica” como “las primeras
damas” del Sistema DIF federal, estatal o municipal, todos vulgarmente buscan
sus intereses personales y cada político tiene su precio.
Y los políticos pobres, acceden a los asuntos públicos, con el afán de
hacerse de fortunas; sin embargo, ahora ya las cosas y los nuevos tiempos, ya
no son así, está tan contaminada la vida política del país, que el narco
gobierna o cogobierna al lado de alcaldes y gobernadores…
Tienen empresas y prestanombres para lavar dinero sucio; empresarios que
de buenas a primeras surgen de la “jodencia” y salen con sucursales y
franquicias en toda una entidad o ciudad, atrás de muchos de ellos está metida
la mano peluda de la delincuencia organizada, es más en algunos municipios
hasta se adjudican la obra pública y algunos otros presupuestos.
Todo eso lo sabe El Peje, la corrupción ha trasmutado, ahora no solo se
trata de políticos o funcionarios codiciosos que no tienen límites y que se
roban el dinero de las arcas municipales, estatales y federales; la depravación
es mayúscula que se traduce en: Narcopolítica, donde todo está echado a perder
y las Tesorerías Municipales y Secretarías de Finanzas de algunos estados se
han convertido, “en la caja privada del narco”.
Por eso la urgencia de pacificar al país, de vivir en paz, los buenos y
los malos, aunque el propio presidente electo, Andrés Manuel López Obrador,
dejó abierta una rendija, como válvula de escape de la corrupción, pues dijo,
que los altos funcionarios de su gobierno, no podrán recibir regalos u
obsequios que cuesten arriba de los 5 mil pesos… ¿WHAT?.
“El Peje”, como Napoleón Bonaparte
Lo anterior me hizo reflexionar, ¿cómo está eso?, El Peje, sabe que si
corta de tajo con la corrupción en el aparato gubernamental federal, este se
colapsaría, así que se “napolizó”…
Napoleón Bonaparte le permitía robar a sus funcionarios, pero no en
cantidades significativas; les decía a sus ministros que les estaba concedido
robar un poco, siempre que administrasen con eficiencia, así El Peje, les va a
permitir a sus funcionarios que reciban regalos, pero que no sean mayores a 5
mil pesos. ¡Entonces dónde está el combate a la corrupción!, que es una lacra
que no cesa, ni cesará, por más leyes anticorrupción que se creen.
En una ocasión escuche a El Peje, hacer referencia a Winston Churchill,
quizá esa tarifa para regalos, tenga que ver con esta frase del ex primer
ministro del Reino Unido: “Un mínimo de corrupción sirve como un lubricante
benéfico para el funcionamiento de la máquina de la democracia”… ¿Será tú?,
decía mi tía Chabela.
Las Leyes Anticorrupción, existieron en la antigua Roma, antes de
Cristo, porque que la corrupción estaba casi institucionalizada y ese es el
camino que llevamos nosotros, ahora cada estado de la república mexicana, va a
tener un Fiscal Anticorrupción, que en su
gran mayoría, los impone el gobernador en turno, como el caso de
Tamaulipas, donde Francisco Javier García Cabeza de Vaca, impuso a Javier
Castro en esta posición y solo ha servido como herramienta para mandar a
prisión a su rivales políticos, como los casos de Eugenio Hernández Flores,
Pablo Zarate Juárez y Luis Alfredo Biasi, de los más recientes.
Tal parece, que la historia de la antigua Roma, ahora se repite en
nuestro México; hace más de 2 mil años, en el Imperio Romano, la práctica de la
corrupción era generalizada; los jefes militares se quedaban con los botines
que conquistaban y poco llegaba a las arcas del Emperador; las guerras eran el
gran negocio para los amigos de los jefes militares, pues “cuando más cerca del
poder, mayores tus beneficios”, hasta que hubo sanciones para los corruptos
romanos: el destierro, perdida del honor y la pena de muerte, conservación del
“honor” , pero morían por rateros.
Pero la historia de Roma, parece que ya había sido escrita por el
escritor y político romano Petronio, cuando se preguntó en el siglo I: “¿qué
pueden hacer las leyes, donde sólo el dinero reina?”.
Esa misma, pregunta creo que se hizo El Peje y su equipo, solo que no lo
van a decir públicamente: ¿Qué pueden hacer las leyes, nuestro Estado de
Derecho, donde sólo el narco reina?...La Amnistía.
El combate de las Fuerzas Armadas contra este flagelo social, no ha
funcionado; por eso la urgencia de “pactar” una amnistía para que los
delincuentes entren al redil, al control del gobierno, como cuando los tenía el
PRI, en tiempos de Carlos Salinas de Gortari o sus antecesores.
Como le hizo Colombia, como le ha hecho Venezuela y el propio Estados
Unidos; esto me queda claro, “El Peje”, va a generar riqueza para la nación,
con un plan de austeridad, según él, bajando el sueldo de la burocracia, él
sabe perfectamente que la Ley Federal del Trabajo eso no lo permite, es
anticonstitucional…
Así que ese ahorro lo debe buscar por otro lado, como el de combatir la
corrupción no solo en el gobierno, sino también en el sector privado, que todos
paguen impuestos, desde los comerciantes más modestos, hasta los más
encumbrados empresarios, porque el no hacerlo, eso también es corrupción.
Y es que el mexicano, no paga impuestos, no porque no quiera hacerlo,
sino porque observa como nuestros
gobernantes se roban nuestro dinero y las grandes empresas evaden la
responsabilidad de contribuir con sus aportaciones tributarias al SAT, al
Infonavit, al Seguro Social, al Afore…Todo esto es una mugrosa corrupción, un
cáncer o peor aún, una gangrena que nos consume lentamente lo que todos
anhelamos: la equidad y la justicia social.
Sabino Perea Yébenes, en su libro: La corrupción en el mundo romano, dice:
“los romanos tenían un concepto de la política diferente: lo más importante era
el honor. Para llegar a la cumbre, el candidato tenía que tener currículo:
haber ocupado cargos, tener una educación y proceder de una buena familia…
Pero además, tenía que tener patrimonio ya que había de presentar una
fianza a principio del mandato. Y cuando finalizaba, se hacían las cuentas. Si te
habías enriquecido, tenías que devolverlo todo”.
Agrega:
“En caso de corrupción, había dos
penas muy severas: una era el exilio; la otra era el suicidio. Esta última, de
alguna manera, era más recomendable porque por lo menos te permitía mantener el
honor”.
Usted que opina querido y caro lector, ¿Podremos acabar con la
corrupción o tendremos que aplicar penas como los romanos?.
EN CONTRAPARTIDA, hay quienes dicen
que el mejor alcalde que ha tenido mi Matamoros querido ha sido el difunto
Jorge Cárdenas González, la verdad no puedo opinar a favor ni en contra, en esa
época no estuve en esta tierra brava.
De los que sí puedo opinar son de los gobiernos de Jesús Roberto Guerra
Velasco, Tomás Yarrington Ruvalcaba, Ramón Antonio Sampayo Ortíz, Homar
Zamorano Ayala, Mario Zolezzi García, Baltazar Hinojosa Ochoa, Erick Silva
Santos, Alfonso Sánchez Garza, Leticia Salazar Vázquez …
De ellos les hablaré en la siguiente columna, les voy a sacar todo el
corrido a cada uno de ellos, si pactaron o cogobernaron con delincuentes, si
robaron y como lo hicieron; pero por lo pronto les adelanto, que el más
corrupto de todos ellos, fue el panista Ramón Antonio Sampayo Ortiz, porque sus
raterías las hizo públicas Ramiro Salazar, quien en aquellas fechas fungía como
hoy, de diputado local.
El menos peor de todos ellos, desde mi punto de vista, lo es Homar
Zamorano Ayala, que siendo candidato a la presidencia municipal, recibió en “donación”
de parte del empresario ferretero Napoleón Rodríguez una casa en el
fraccionamiento Río, donde tienen sus residencias: Yarrington, Baltazar
Hinojosa, Mario Zolezzi y otros “sucios”
personajes de la política matamorense.
Nos vemos en la próxima y recuerde: ¡El lenguaje como legítima defensa!.
P. D.
Maquiavelo: “Que el príncipe no se preocupe de incurrir en la infamia de
estos vicios, sin los cuales difícilmente podrá salvar al Estado”.