lunes, 30 de julio de 2018

Estancia La Sagrada Familia, es donde tratan a los viejitos como a “pájaros enjaulados”



*Hacinamiento y falta de permisos para operar, convierten a este lugar en un vulgar y corriente negocio que medra con la dignidad y la vida humana.

Estancia La Sagrada Familia, es donde tratan a los viejitos como a “pájaros enjaulados”

*Familiares de los internos, se quejan de la mala comida, la falta de espacios para la recreación y  dormitorios adecuados por un costo elevado de 2 mil 600 pesos por semana  que no merece el servicio que se les da a los adultos mayores.   


Alejandro Mares/Jorge Caleb

    
Ubicada en una pequeña vivienda de la colonia Alianza por la calle Canales, número 126 entre Neptuno y Avenida del Maestro, se ubica la estancia para adultos mayores La Sagrada Familia, la cual no es nada fácil de identificar, pues aparenta ser una casa habitación y solo utiliza  un diminuto letrero para pasar desapercibida.
    Pero aunque todo parece normal de fachada, familiares de quienes estan en la estancia y por obvias razones,  desde el anonimato, denunciaron la verdadera “cara de esta estancia” y aunque los asilos son lo peor, la Estancia La Sagrada Familia, tiene el número 1 en maltrato a sus pacientes por el hacinamiento en que los mantiene y las condiciones en que los tratan.
En su página de Facebook, la Estancia La Sagrada Familia, tiene su lema: “Cuidados asistenciales para adultos”, pero la verdad es que esta frase dicta mucho de ser real.
Y presumen que su objetivo es:
“proporcionar cuidados generales de enfermería con atención profesional y calificada de vida de nuestros pacientes, donde el cariño y la comprensión son fundamentos para una vida digna y de bienestar”.
Palabras hipócritas para engañar a los familiares de los pacientes, a quienes les cobran por semana una importante cantidad de dinero.
Sobre los servicios que presta “La Sagrada Familia”, está el de estancia permanente, temporal, por un día, enfermería las 24 horas (las enfermeras no duran en ese lugar, porque no aguantan la forman en la que están los pacientes); asistencia médica geriátrica (el doctor responsable de ese sitio, pocas veces se para a revisar a los ancianitos); actividades recreativas (solo un día a la semana los sacan a una diminuta cochera, ese es el único espacio para  la recreación); servicio de habitación (las habitaciones miden 3 metros por 3 metros, es decir, 9 metros cuadrados, en cada una de ellas apilan, amontonan, hacinan de 4 a 5 viejitos, les ponen sus camitas de tal manera que viven en un completo hacinamiento)…

     Y también presumen el servicio de alimentación adecuada, pero la comida les puede durar hasta una semana y esa misma les dan a los ancianitos, “son bien gachos”, no cuentan con los espacios para la recreación e incluso para dormir y les falta personal, son algunas de las quejas que hicieron públicas.
       La vivienda, pintada a color melón y con vistas marrón, exhibe un diminuto letrero en su techo, casi imperceptible, con letras pequeñas que dice: La Sagrada Familia y una foto de una persona mayor que una mujer joven abraza.
     Los teléfonos son 127 -09 -32 y el celular 8688-18-03 59 y un radio 62*281423*3.
     Pero para las autoridades encargadas de la regulación de este tipo de estancias, no existe registro alguno de su funcionamiento.
     En el DIF municipal informaron que ellos solo pueden  intervenir en este tipo de instituciones, solo por demanda expresa de algún afectado.
La vocera del DIF, recordó que en lo que va de la administración solo se intervino en un caso por maltrato que se reportó en el Asilo Pan y Vida.
El jefe de la Tercera Jurisdicción Sanitaria, Jesús Peña Alemán explicó que son varis las dependencias que tienen que regular este tipo de establecimientos, el municipio, para el uso del suelo, Protección Civil para las condiciones del establecimiento y la Coepris, por el manejo de la sanidad y alimentos.       
    En presidencia municipal se informó también que no había un registro reciente de esta estancia para su funcionamiento, tampoco en Protección Civil ni en  la Coepris.    
  El servicio y las quejas  
Allí, en una pequeña estancia con reja, color café, se observa a un grupo de adultos mayores, sentados, uno junto a las otras, son 7 y 2 personas adultos también que estan al fondo.
    De acuerdo a los familiares quejosos, ese es uno de los principales problemas, la falta de espacios, para el esparcimiento.
    “Otro problema es que no existe otro espacio, hay un patio también, pero es también muy reducido donde casi están así, uno tras otro”, según dicen los familiares afectados.
“Tienen a los viejitos todos amontonados, los pasillo son angostos, solo cabe una sola persona, en la sala, que es el lugar más grandecito de esa estancia, cuando los colocan allí ninguno de ellos se pueden mover, pues la cifra de ancianitos rebasa los 20 pacientes, son entre 24 a 25 adultos mayores”.
“A ellos se les asigna un día a la semana para salir a la cochera de la supuesta estancia, allí los colocan como pájaros enjaulados, por instrucción del médico, que es el dueño o propietario de ese lugar; les dan un chingo de medicinas, los mantienen bien dopados, para que la mayor parte de su tiempo se la pasan dormidos”.
  “La cuestión es que se promocionan de otra manera y cuando avanza el tiempo va viendo uno las deficiencias, pero el costo es de más de 2 mil pesos a la semana y a veces es difícil retractarse del trato”.
“Todo adentro de la estancia está mal, no cumple ni con las normas sanitarias y menos con las de Protección Civil, en cambio cuenta con un amplio estacionamiento”.
     De la comida es el mismo caso, los familiares de los adultos mayores se quejan que en la mayoría de los casos se trata  solo de comida no sólida.
El funcionamiento
    Para el ingreso de los adultos mayores se requiere por principios de cuenta de  un pago de 2 mil 600 pesos a la semana.
    Se requiere también hacer una cita, para que el encargado y dueño de la estancia el doctor José Luis Guzmán valore a la persona, explicó una de las enfermeras encargadas de la estancia, pero se requiere que las personas se valgan por si mismas y no tengan una enfermedad grave o terminal.
     “Los servicios son de las 3 comidas al día, el servicio de enfermería, actividades, entretenimiento ya sea en el patio o al frente de la estancia”, agregó.
     Las citas para las valuaciones de las personas son solamente los lunes, miércoles y viernes de 4 a 6 de la tarde, en las propias instalaciones de la estancia.
     En la estancia solo se cuentan con 2 áreas para dormitorios, una para las mujeres y otra para los hombres, pero todos están juntos.
      Y a pesar de que  otra de las quejas es que no se permite el ingreso de varones para las visitas, la encargada aseguró, que cualquier familiar puede verlos en el horario de 4 a 6 de la tarde.
     “Incluso este horario puede ser flexible de acuerdo  a las necesidades  de los familiares que no pueden estar 2 horas de visita”, aseguró la encargada.         
Las autoridades
    En el DIF municipal, la vocera de esa institución, Carla Pérez aclaró que el DIF no tiene injerencia en el funcionamiento de este tipo de estancias, que todas dependen en ese sentido del DIF estatal.
      “Nosotros solo podemos intervenir en el caso de un demanda de alguien afectado y en lo que va de la administración solo tenemos una queja que se atendió a través de la Procuraduría para la Protección de la Familia, la Mujer y los Menores”, explicó.
    Eso fue el año pasado y se trató del caso de maltrato, en el asilo de ancianos Pan y Vida, que se atendió y se dieron las observaciones necesarias.
     Para el jefe de la Tercera Jurisdicción Sanitara, Jesús Peña Alemán, afirmó que en la regulación de este tipo de estancias, intervienen varias dependencias.
   “Se necesita primero un permiso del municipio, para el uso de suelo, otro de Protección Civil para las condiciones del establecimiento  y finalmente quien hace todas las regulaciones que es la Coepris” (Comisión Estatal para la Protección de Riesgos Sanitarios) dijo Peña Alemán.  
     Y agregó que en el caso de la Coepris, esta puede intervenir a demanda de parte o cuando se detectan fallas en el funcionamiento de este tipo de establecimientos en donde se maneja personal y comida.
  “Esta es la dependencia encargada de este tipo de establecimientos, sobre todo por el manejo de comida”, apuntó Peña Alemán.
   Sin embargo en la Presidencia Municipal, se informó que dicha estancia no se encuentra entre los que hayan solicitado permiso alguno para un establecimiento y el uso del suelo.
    Lo mismo pasó en la Coepris, en donde tampoco se detectó el registro de funcionamiento de dicha estancia para Adultos Mayores, la Sagrada Familia, que de “sagrada” no tiene nada.

Y para rematar, del médico de este lugar, que según responde al nombre de José Luis Guzmán, dicen que es bien gacho, “bien mendigo, trata a los ancianitos como animales, los tiene en un completo hacinamiento”…
En una ocasión, le preguntaron al médico:
 ¿Doctor si hay alguna urgencia, si se pone grave algún ancianito, a quien le avisamos a usted o al familiar?...
Y el médico responsable y dueño de “La Sagrada Familia”, respondió:
“No se preocupen, ya se van a morir, para que se preocupan”.