*Hacinamiento y falta de permisos
para operar, convierten a este lugar en un vulgar y corriente negocio que medra
con la dignidad y la vida humana.
Estancia La Sagrada Familia, es donde
tratan a los viejitos como a “pájaros enjaulados”
*Familiares
de los internos, se quejan de la mala comida, la falta de espacios para la
recreación y dormitorios adecuados por
un costo elevado de 2 mil 600 pesos por semana que no merece el servicio que se les da a los
adultos mayores.
Alejandro
Mares/Jorge Caleb
Ubicada en
una pequeña vivienda de la colonia Alianza por la calle Canales, número 126
entre Neptuno y Avenida del Maestro, se ubica la estancia para adultos mayores
La Sagrada Familia, la cual no es nada fácil de identificar, pues aparenta ser
una casa habitación y solo utiliza un
diminuto letrero para pasar desapercibida.
Pero
aunque todo parece normal de fachada, familiares de quienes estan en la
estancia y por obvias razones, desde el
anonimato, denunciaron la verdadera “cara de esta estancia” y aunque los asilos
son lo peor, la Estancia La Sagrada Familia, tiene el número 1 en maltrato a
sus pacientes por el hacinamiento en que los mantiene y las condiciones en que
los tratan.
En su página
de Facebook, la Estancia La Sagrada Familia, tiene su lema: “Cuidados
asistenciales para adultos”, pero la verdad es que esta frase dicta mucho de
ser real.
Y presumen
que su objetivo es:
“proporcionar
cuidados generales de enfermería con atención profesional y calificada de vida
de nuestros pacientes, donde el cariño y la comprensión son fundamentos para
una vida digna y de bienestar”.
Palabras
hipócritas para engañar a los familiares de los pacientes, a quienes les cobran
por semana una importante cantidad de dinero.
Sobre los
servicios que presta “La Sagrada Familia”, está el de estancia permanente,
temporal, por un día, enfermería las 24 horas (las enfermeras no duran en ese
lugar, porque no aguantan la forman en la que están los pacientes); asistencia
médica geriátrica (el doctor responsable de ese sitio, pocas veces se para a
revisar a los ancianitos); actividades recreativas (solo un día a la semana los
sacan a una diminuta cochera, ese es el único espacio para la recreación); servicio de habitación (las
habitaciones miden 3 metros por 3 metros, es decir, 9 metros cuadrados, en cada
una de ellas apilan, amontonan, hacinan de 4 a 5 viejitos, les ponen sus
camitas de tal manera que viven en un completo hacinamiento)…
Y también presumen el servicio de
alimentación adecuada, pero la comida les puede durar hasta una semana y esa
misma les dan a los ancianitos, “son bien gachos”, no cuentan con los espacios
para la recreación e incluso para dormir y les falta personal, son algunas de
las quejas que hicieron públicas.
La vivienda, pintada a color melón y con
vistas marrón, exhibe un diminuto letrero en su techo, casi imperceptible, con
letras pequeñas que dice: La Sagrada Familia y una foto de una persona mayor
que una mujer joven abraza.
Los teléfonos son 127 -09 -32 y el celular
8688-18-03 59 y un radio 62*281423*3.
Pero para las autoridades encargadas de la
regulación de este tipo de estancias, no existe registro alguno de su
funcionamiento.
En el DIF municipal informaron que ellos
solo pueden intervenir en este tipo de
instituciones, solo por demanda expresa de algún afectado.
La vocera del DIF, recordó que en lo que
va de la administración solo se intervino en un caso por maltrato que se
reportó en el Asilo Pan y Vida.
El jefe de la Tercera Jurisdicción
Sanitaria, Jesús Peña Alemán explicó que son varis las dependencias que tienen
que regular este tipo de establecimientos, el municipio, para el uso del suelo,
Protección Civil para las condiciones del establecimiento y la Coepris, por el
manejo de la sanidad y alimentos.
En presidencia municipal se informó también
que no había un registro reciente de esta estancia para su funcionamiento,
tampoco en Protección Civil ni en la
Coepris.
El
servicio y las quejas
Allí, en una
pequeña estancia con reja, color café, se observa a un grupo de adultos
mayores, sentados, uno junto a las otras, son 7 y 2 personas adultos también
que estan al fondo.
De acuerdo a los familiares quejosos, ese
es uno de los principales problemas, la falta de espacios, para el
esparcimiento.
“Otro problema es que no existe otro
espacio, hay un patio también, pero es también muy reducido donde casi están
así, uno tras otro”, según dicen los familiares afectados.
“Tienen a
los viejitos todos amontonados, los pasillo son angostos, solo cabe una sola
persona, en la sala, que es el lugar más grandecito de esa estancia, cuando los
colocan allí ninguno de ellos se pueden mover, pues la cifra de ancianitos
rebasa los 20 pacientes, son entre 24 a 25 adultos mayores”.
“A ellos se
les asigna un día a la semana para salir a la cochera de la supuesta estancia,
allí los colocan como pájaros enjaulados, por instrucción del médico, que es el
dueño o propietario de ese lugar; les dan un chingo de medicinas, los mantienen
bien dopados, para que la mayor parte de su tiempo se la pasan dormidos”.
“La cuestión es que se promocionan de otra
manera y cuando avanza el tiempo va viendo uno las deficiencias, pero el costo
es de más de 2 mil pesos a la semana y a veces es difícil retractarse del trato”.
“Todo adentro
de la estancia está mal, no cumple ni con las normas sanitarias y menos con las
de Protección Civil, en cambio cuenta con un amplio estacionamiento”.
De la comida es el mismo caso, los
familiares de los adultos mayores se quejan que en la mayoría de los casos se
trata solo de comida no sólida.
El funcionamiento
Para el ingreso de los adultos mayores se
requiere por principios de cuenta de un
pago de 2 mil 600 pesos a la semana.
Se requiere también hacer una cita, para
que el encargado y dueño de la estancia el doctor José Luis Guzmán valore a la
persona, explicó una de las enfermeras encargadas de la estancia, pero se
requiere que las personas se valgan por si mismas y no tengan una enfermedad
grave o terminal.
“Los servicios son de las 3 comidas al
día, el servicio de enfermería, actividades, entretenimiento ya sea en el patio
o al frente de la estancia”, agregó.
Las citas para las valuaciones de las
personas son solamente los lunes, miércoles y viernes de 4 a 6 de la tarde, en
las propias instalaciones de la estancia.
En la estancia solo se cuentan con 2 áreas
para dormitorios, una para las mujeres y otra para los hombres, pero todos están
juntos.
Y a pesar de que otra de las quejas es que no se permite el
ingreso de varones para las visitas, la encargada aseguró, que cualquier
familiar puede verlos en el horario de 4 a 6 de la tarde.
“Incluso este horario puede ser flexible de
acuerdo a las necesidades de los familiares que no pueden estar 2 horas
de visita”, aseguró la encargada.
Las autoridades
En el DIF municipal, la vocera de esa
institución, Carla Pérez aclaró que el DIF no tiene injerencia en el
funcionamiento de este tipo de estancias, que todas dependen en ese sentido del
DIF estatal.
“Nosotros
solo podemos intervenir en el caso de un demanda de alguien afectado y en lo
que va de la administración solo tenemos una queja que se atendió a través de
la Procuraduría para la Protección de la Familia, la Mujer y los Menores”,
explicó.
Eso fue el año pasado y se trató del caso
de maltrato, en el asilo de ancianos Pan y Vida, que se atendió y se dieron las
observaciones necesarias.
Para el jefe de la Tercera Jurisdicción
Sanitara, Jesús Peña Alemán, afirmó que en la regulación de este tipo de
estancias, intervienen varias dependencias.
“Se necesita primero un permiso del
municipio, para el uso de suelo, otro de Protección Civil para las condiciones
del establecimiento y finalmente quien
hace todas las regulaciones que es la Coepris” (Comisión Estatal para la
Protección de Riesgos Sanitarios) dijo Peña Alemán.
Y agregó que en el caso de la Coepris,
esta puede intervenir a demanda de parte o cuando se detectan fallas en el
funcionamiento de este tipo de establecimientos en donde se maneja personal y
comida.
“Esta es la dependencia encargada de este
tipo de establecimientos, sobre todo por el manejo de comida”, apuntó Peña
Alemán.
Sin embargo en la Presidencia Municipal, se
informó que dicha estancia no se encuentra entre los que hayan solicitado
permiso alguno para un establecimiento y el uso del suelo.
Lo mismo pasó en la Coepris, en donde
tampoco se detectó el registro de funcionamiento de dicha estancia para Adultos
Mayores, la Sagrada Familia, que de “sagrada” no tiene nada.
Y para
rematar, del médico de este lugar, que según responde al nombre de José Luis
Guzmán, dicen que es bien gacho, “bien mendigo, trata a los ancianitos como
animales, los tiene en un completo hacinamiento”…
En una
ocasión, le preguntaron al médico:
¿Doctor si hay alguna urgencia, si se pone
grave algún ancianito, a quien le avisamos a usted o al familiar?...
Y el médico
responsable y dueño de “La Sagrada Familia”, respondió:
“No se
preocupen, ya se van a morir, para que se preocupan”.