Además se
aparecen fantasmas en sus capillas
Sin cajones de muerto, la Funeraria Municipal
Alejandro Mares Berrones
Vestido con pantalón verde, zapatos
color café, calcetines color beis, al igual que su camisa sport; Asbel Josué
Pérez Ramírez, director de la Funeraria Municipal, mejor
conocido como “Josué”, la cual se ubica en avenida Roberto Guerra y Francisco
Castellanos esquina, de la colonia Popular de Matamoros, acepta la entrevista;
a simple vista se le nota que es un hombre ya maduro de edad, de unos 70 años,
pero atlético; de las personas adultas amantes del ejercicio o de algún
deporte, de cabello y bigote entre cano, su color de ojos no los distinguimos
bien, porque usa unos lentes, que a pesar que son transparentes, su iris me fue
imposible observarla…
…Inmediatamente me di cuenta que es un
hombre franco, sincero y dicharachero, le encanta platicar y bromear, cuando me
identifique con él y le digo de que se trata, inmediatamente me pasa a su
oficina y me sorprende, porque me invita a que me siente en el sillón
reclinable de su privado; cosa que no acepte y lo cuestiono al respecto:
--¿Por
qué no se sienta usted aquí en su sillón, digo para las fotografías que le voy
a tomar?
--“Nombre ni Dios lo quiera, allí se
sentaba Víctor Mata; además dicen que muerde”.
--¿Quién
es Víctor Mata y por qué dice que muerde?
--“Víctor
fue el anterior director de esta funeraria, me dijeron que está muy malito y el
sillón muerde, porque no sirve, tiene un desperfecto, pero como está
inventariado, pues aquí lo tenemos que tener; mira mejor me pongo acá”.
Nuestro entrevistado toma asiento en
otra silla que está frente al escritorio; por nuestra parte hacemos lo mismo y
empezamos a preguntar:
--¿Su
nombre es bíblico?
--“Son
nombres bíblicos, yo pensaba que Asbel, era árabe y no, leyendo un día la
biblia aparece Asbel y como mis abuelos eran cristianos, estaban acostumbrados
a poner nombres bíblicos (sic), todos sus nietos tienen nombres como Samuel,
Efrén y yo Asbel Josué”.
--¿Desde
cuándo funge como director de la Funeraria Municipal?
--“Yo
soy desde enero, a del uno de mayo del 2012, aquí estamos”.
--¿Usted
es originario de aquí de Matamoros?
--“No,
yo soy originario del estado de Veracruz, Tampico el Alto Veracruz; ¡he!, pero
estudie la primaria, secundaria, prepa y parte de la facultad, la hice en
Tampico Tamaulipas y me fui al D. F. –Distrito Federal, capital del país-,
según yo, a terminar de estudiar y nunca estudie, pero viví mucho tiempo en el
D. F., fui agente viajero en medicina, yo era, decíamos visitador médico,
entonces yo visitaba médicos en varias partes de la república; trabaje en
varios laboratorios, Promeco, Borinker y el último fue aquí, o sea, me cotice
bien, me cotice bien (sic), al ratito me hablo un laboratorio Cintex de México,
a eso me dedique muchos años”.
Nuestro entrevistado se acomoda en su
silla y le soltamos otra pregunta, sobre lo que él iba a estudiar:
“Mira,
quería entrar a la libre de derecho, allá en México aparte de la UNAM
–Universidad Nacional Autónoma de México-, hay una escuela libre que se llama
Ramiro Portes Gil; pero yo en ese tiempo yo no quería estudiar y como era de un
pueblo, del que nunca había salido y cuando llegue al D. F. me impresione y no
estudie, pero no me arrepiento porque me ha ido bien gracias a Dios”.
--¿En
esa etapa de su vida como agente viajero y que quiso estudiar derecho que más
hizo?
--“Sí,
bueno, yo después puse mi negocio, yo tuve dos negocias, en Salamanca,
Guanajuato”.
Soltó la carcajada, “ja, ja, ja, ja…”,
se acordó de esa época nuestro personaje y volvemos:
--¿Qué
clase de negocios?
--“Mariscos,
restaurantes de mariscos, que curioso, yo iba a mi pueblo y ahí tenemos una
laguna, ahí me comía yo los mariscos; pero, cuando uno está joven le dan ganas
de hacer muchas cosas, entonces puse el negocio de mariscos, me fue muy bien,
estuvimos muy bien en Salamanca, ya mis hijos eran adolescentes”.
--¿Cuántos
hijos tiene?
--“La
mayor es verónica, luego le sigue Oscar, después Lorena, está Ramses, está
Margarita y la última es Arely”.
Como nuestro entrevistado es muy
bromista, también le soltamos una: “Oiga Josué, usted de plano no miraba
televisión” y vuelve a soltar la carcajada: “ja, ja, ja, ja…”.
--¿Cómo
se llama su esposa?
--“Se
llama Evelia Isabel Córdova”.
--¿Cómo
se conocieron?
--“Fíjate,
curioso, fue en el D. F., llego yo al D. F., después de haber andado por muchas
partes, ya vez que el D. F. es extenso, pues yo ya estaba destinado para ella y
ahora le digo a mi mujer suertudota –suelta la carcajada de nuevo-, nos
conocemos, ella tenía 17 años, cuando nos casamos y yo 25, ella muy joven, ella
tenía 17 años (sic) y ahora tenemos 45 años de casados, los cumplimos el 21 de
diciembre”.
--¿Y
nietos, cuántos tienen?
--“Nietos
tenemos diez, ya dos están en la facultad, la más chiquita tiene 6 meses, pero
yo juego mucho con el hijo de Arely, porque siempre me ha gustado decirles
groserías y cuando repite, pues repite, pues se siente bien; dicen los papás
del chamaquito, que todo entiende porque repite todo, y yo le digo me vale, ya
me dijeron que no le enseñe, porque en el kínder las va andar diciendo, ah pero
soy precavido, le dije si le preguntaban, que dijera que fue su papá…”.
--¿A
su edad, de que se arrepiente?
--“Mi
mayor perdida, si la consideramos así, no haber terminado mi carrera, yo quería
ser abogado, pero no se pudo y aun así batallan muchas para ponerse conmigo,
porque sabes esto y sabes defenderte eso es lo importante”.
Tratamos de guasear con nuestro
entrevistado diciéndole: “Suena usted a líder Josué” y nos responde:
“Sí,
yo soy presidente del Fraccionamiento Villa Las Torres, ahí estamos en Villa
Las Torres”.
--¿Ya
tiene tiempo en el liderazgo de ese lugar?
--“Ya,
soy un Porfirio Díaz, tengo ocho años”, vuelve a soltar la carcajada: “ja, ja,
ja,…” y replica: “ahí siempre se han hecho las cosas derecho, siempre le he
dicha a la gente las cosas como son, nunca he tomado nada, no hay nadie que me
señale de nada”.
--¿Qué
edad tiene?
--“Tengo
70 años, soy del 43, de la época del rock, te puedo decir que mis compañeros
fueron Enrique Guzmán, Alberto Vázquez y todos esos y aquí estamos”.
--¿Práctica
algún deporte?
--“Si,
a mí me ha gustado siempre el beisbol, me gusta tirar golpes, lo práctico”.
--¿Práctica
box?
--“No
sé si sea box, pero como uno de mis hijos se acostumbró ir al karate, pues me
acostumbre yo también a hacerlo como habito, pero me gusta el deporte, me gusta
caminar, como se puede decir deportes sencillos”.
Hacemos una pauta con nuestro
entrevistado y le aclaramos que ahora si vamos a entrar al tema de la funeraria
municipal y que nos cuente sobre sus funciones como director de la misma.
“Pues,
prácticamente mis funciones es organizar, es una dirección, es una dirección de
aquí la funeraria municipal, aquí tenemos 10 gentes, 10 gentes a las cuales yo
las organizo, gente muy cumplida, trabajadora porque hacen una función, al
inicio batallamos, pero es como todo, pero ahorita ya podemos decir que vamos
bien, aquí no vemos a los muertitos o deudos si son del PRI, del PAN o del PRD,
aquí no hay colores, aquí atendemos a la gente por igual, con justicia, eso es
lo bueno ahorita, pero tenemos la desventaja que no tenemos ataúdes”.
--¿Cómo
que no tienen los cajones para muerto?, ¿Por qué?
--“Ahí
está el detalle, como dijo Cantinflas, hemos hecho la requisición, pero a lo
mejor tú ya sabes el por qué”.
Se le responde a Josué: “será por el
final de la presente administración municipal, por algún recorte presupuestal,
pero mejor dígame Usted ¿Por qué?”.
“Pero
aquí estamos y si la gente necesita esto o lo otro, pues a ver como le
hacemos,, conseguimos el ataúd, aquí tenemos capilla, tenemos carrosa y la
atención que es lo básico”.
--¿Aunque
falten los cajones de muerto, siguen ustedes dando el servicio?
--“Aquí
los que más se usan son los de madera de 1.80 metros, o sea, para adultos”.
--¿Y
cómo consiguen ustedes los cajones de muerto?
--“Llega
un momento en el que viene el deudo y pues les decimos que se los conseguimos o
que lo compren ellos en donde quieran, para que vean que nosotros no tenemos
convenios con nadie; los que tenemos son los que nos han quedado que son para
niños de 60, 40 y 140”.
--¿Cómo
de 60, 40 y 140?
--“Ah
ok, son medidas para recién nacidos”.
--¿Un
servicio funerario completo, con cajón, con capilla, cuánto cuesta?
--“Sin
incluir panteones”.
--¿Ustedes
no hacen el hoyo?
--“No,
porque eso le compete a Panteones, tenemos dos servicios, que es el de metal,
así le nombramos porque el ataúd es de metal y el de madera; el de metal sale
en seis mil pesos, con capilla de velación por 24 horas y tratamiento del
cuerpo, para que no se nos descomponga y la carroza, llevarlo y traerlo,
nosotros lo sacamos, por ejemplo, cuando viene el deudo y nos dice, lo tengo en
el hospital Pumarejo, nos dan el pase de salida del cuerpo, vamos por él, lo
llevamos al tratamiento, lo traemos aquí para que lo velen y luego nos dicen en
donde lo van a enterrar, en que panteón y cuando es de madera sale en 4 mil 170
pesos”.
--¿Es
más barato el cajón de madera?
--“Más
económico, hay ocasiones que la gente, pues lógico no tiene dinero para
enterrar a sus muertos, nos pasa con los indigentes, que ni familia tienen; los
mandamos al municipio ahí con la licenciada Isabel Morín, de allá nos manda
ella un oficio donde después de un estudio socioeconómico, se les da un
descuento del 50 por ciento y hay veces que hasta hay condonación”.
Nuestro personaje, toma otra posición en
su silla y exclama:
“En
el caso de la condonación no s eles cobra los servicios de la funeraria, nada
más eso sí, lo del tratamiento del cuerpo, porque eso no lo hace el municipio,
eso lo hace otra funeraria”.
--¿Cuánto
sale el tratamiento del cuerpo?, ¿aquí no tiene muerteros?
--“Nosotros
no tenemos ese servicio, que sale en mil doscientos setenta pesos ($1,270), eso
sí va de cajón, aquí nos llega gente muy, pero muy amolada y aquí el trabajo
que nos ha encomendado el ciudadano presidente municipal –Alfonso Sánchez
Garza-, es la atención y como te dije al
inicio, aquí nos damos golpes, aquí si la gente viene, tenemos que tratarla
bien sea de lo que sea”.
--¿Cuántos
servicios dan más o menos en promedio al mes?
--“Pues,
bueno varía, pero hay un promedio de que unos 10 o 12 o más, hay ocasiones en
que hemos hecho 30 mensuales, que es cuando decimos, oye, pues que paso, diario
uno, dos o tres, pero un promedio de unos quince, sí los hacemos”.
--¿Se
enteran Ustedes del motivo de la defunción?
--“He,
cuando hay oportunidad, aquí por la hoja sabemos de que murió, hay ocasiones
que tienen que tener aquí los muchachos que usar guantes, gorro y trajes
especiales, cuando son de sida o cuando los cuerpos ya están descompuestos, los
empleados de aquí acuden al SEMEFO –Servicio Médico Forense- para sacar los
cuerpos, nombre olvídate, ellos tienen que protegerse, hay ocasiones que nos
damos cuenta por el parte médico, pero por lo regular siempre son de muerte
natural”.
--¿Y
de dengue, cuantos les han caído?
--“Hasta
ahorita de dengue no, nada, pero pues si hubo ocasiones que teníamos dos, tres
y muchachos jóvenes”.
Toma otra posición en su silla y a
pregunta expresa de qué si le gusta su trabajo como director de la funeraria
municipal, contesta:
“Bueno
si, si me gusta, porque aquí tengo trato con la gente, viene gente de las
colonias, yo soy de colonia, viene gente de todos los estratos sociales, por lo
general es del estrato más bajo; a mí me gusta, se siente bien cuando tu atiendes
bien a la gente y la gente se va bien”.
Agrega:
“te
comentaba, que estamos agusto y ya esto se va a terminar y esperemos que el que
venga, pues le dé o le haga algo mejor a
la funeraria”.
--¿Qué
le falta a la Funeraria, aparte de los cajones de muerto?
--“Mira
se nos descompuso el aire acondicionado, estamos dando el servicio con una sola
capilla que tiene mini split, eso fue anoche, pero eso no nos amedrenta, aquí
seguimos dando el servicio y atendiendo a la gente bien”.
--¿Pero
tienen cuatro capillas?
--“Cuatro
capillas, las más usuales con dos, el aire se nos descompuso en una, pero en la
otra está bien, el chiste es dar y hacer el bien”.
--¿Y
las carrozas?
--“tenemos
dos carrozas, una es la que más usamos, nos ha salido bien y lógico el que venga,
tiene que hacer mejoras, se tiene que pintar, el aire, los baños e incluso los
ataúdes, pero sabemos cómo es eso”.
Volvemos a cuestionar a Josué, con el
tema de los ataúdes y puntualiza:
“Sí,
que nos surtan, sabemos como es eso porque es final de trienio y ya muchos
proveedores van a decir, pues yo no surto, porque a lo mejor no me paga la
siguiente administración, yo haría lo mismo”
--¿Entonces,
es cuestión de los proveedores este asunto de los cajones de muerto?
--“Sí,
pues yo haría lo mismo, yo como proveedor, va a entrar una administración
nueva, yo me voy con cuidado, te dejo, pero págame al cash, porque no sé si me
vas a pagar; pero lo importante a la pregunta que me hacías, es que nos gusta
porque atendemos a la gente, es satisfactorio cuando atiendes a la gente y la
gente te dice gracias, me atendieron bien”.
Acotó:
“Yo
soy de una colonia, cuando uno anda en colonia sabe las necesidades de la gente
y viene gente como te digo por lo general descalzos, de muy escasos recursos y
trato de ayudarles y es lo que nos gusta, nos gusta atender a la gente,
ayudamos a la gente y aquí pues hasta el último día lo vamos hacer”.
--¿Cuál
es el lema de aquí de la funeraria?
--“Aquí,
el de las personas que estamos aquí, el que agarre un peso, se va; le levanto
un acta y lo mando al concilio, al juzgado, al ministerio público, a la
contraloría o a donde lo tenga que mandar, lo que se pero lo mando, hacer malos
tratos no se vale; siempre lo he dicho, jamás alguien nos va a señalar, estos
agarraron, eso no, aquí si cae un peso, se deposita en la funeraria municipal;
nos podrán decir cualquier cosa, que les caemos mal o gordo, pero esto y por
esto, aquí hemos hecho las cosas como nos dijo el presidente municipal y lo
bueno de esto es que nos gusta y nos gusta”.
Empezamos a bromear con el entrevistado, haciéndoles algunas preguntas
bobas:
--¿Por
qué no le gusta usar ese sillón reclinable, usted es el jefe?
--“Ja,
ja, ja… allí se sentó Víctor Mata”.
--¿Y
que tenía Víctor Mata, alguna enfermedad contagiosa o algo así que se pegue?
--“Nombre,
ese sillón no está bien, se cae”.
--¿Y
esa bicicleta que está allí, usted la usa para los mandados?
--“Nombre
aquí la dejo alguien, ya tiene dos meses, y nadie vino por ella, ahora que me
vaya, la voy a rifar con los muchachos como regalo de despedida”.
--¿Dígame
la verdad, por qué no se quiere sentar en ese sillón reclinable, hay algún
fantasma?
--“Yo
creo que sí porque se mueve mucho”, Josué soltó de nueva cuenta la
carcajada “ja, ja, ja…”.
--¿Qué
anécdota le ha ocurrido aquí en la funeraria, se le ha aparecido algún
fantasma?
--“Aquí,
hasta ahorita no me han asustado, pero me comentan los compañeros –Felipe
Moreno Martínez y Juan Martín Salomón-, que antiguamente si veían, veían a
alguien que pasaba por las capillas, es lógico, aquí se han atendido a muchas
gentes y que eso es lo que ellos veían”.
--¿Según
ellos que vieron?
--“Veían
un espectro, un fantasma , era un muchacho supuestamente era un muchacho,
joven, vestido normal, pero salía de la capilla, iban a buscarlo y nunca lo
encontraban, nunca le vieron bien la cara, pero era morenito, pelo corto;
entraba y salía de una capilla, eso me lo platicaron los compañeros, yo creo
que para que me diera miedo, no sé, pero les pregunte si les daba miedo y me
dijeron que no, que para ellos eso es normal; yo nunca he visto, ni quiero ver
y si así fuera, pues que sea una fantasma, pero como Ninel Conde”. Vuelve a reía a
carcajada.
Hasta aquí llegó la entrevista con Asbel Josué Pérez Ramírez, director de la
Funeraria Municipal; que se le practicó el pasado Jueves, a eso de las
11:00 horas; pero para disipar dudas, si
se aparecen fantasmas en ese lugar, entrevistamos a los empleados de ese sitio,
los que confirmaron los dicho por Josué…
Felipe
Moreno Martínez y Juan Martín Salomón, contaron unas historias escalofriantes, pero
eso como dijo aquella señora gordita que salía en un
comercial de la televisión, y que le decían “La Nana Goya”, “eso será otra historia”; no se la
pierdan el próximo lunes.