martes, 19 de septiembre de 2017

¡Toc!, ¡Toc!... “el estado fallido”, tocó a mi puerta

EN PARTIDA DOBLE
EDICION  918
CORRESPONDIENTE AL 19 DE SEPTIEMBRE DE 2017
Alejandro Mares Berrones


¡Toc!, ¡Toc!... “el estado fallido”, tocó a mi puerta



Si analizamos las declaraciones que desde Washington DC, hizo el jefe del gabinete de la Casa Blanca, John Kelly, en el sentido de que nuestro país es un “narco estado fallido” y que posteriormente el canciller mexicano Luis Videgaray tuvo que salir a negar, que el general norteamericano no había dicho tal cosa, nos pone a pensar sobre el asunto…



“Haiga sido, como haiga sido”, como dijo Felipe Calderón, lo habrá dicho Kelly o no, el tema es que lo del “estado fallido”, el que si lo dijo fue Rafael Loret de Mola, en su reciente visita a mi Matamoros querido, espero que acá en mi pueblo, alguien salga a negarlo.

Aunque Loret de Mola, se paseó por Matamoros, visitó redacciones de algunos diarios y radiodifusoras, además de ir en dos ocasiones a la playa Bagdad, este viejo lobo de mar del periodismo se llevó un buen sabor de boca de nuestra ciudad, de la calma “chicha” que se vive en este rinconcito de la patria.

Loret de Mola, habló de los “narcoperiodistas”, esos que se dicen comunicadores, pero que se alquilan a los narcotraficantes; también habló de la “narcopolítica” aquellos políticos que hacen negocios con los narcos y eso dijo, es lo que es un “narco estado” o peor aún, un “estado fallido”, es decir, cuando las instituciones han sido rebasadas por la delincuencia.


Y es que la frontera de Tamaulipas, desde hace ya varios años, se ha convertido en una zona de silencio, pues la cobertura de hechos criminales se han dejado de cubrir, sencillamente el hacerlo te puede costar la vida, como le ha ocurrido algunos colegas y los que han corrido con mejor  suerte, han tenido que abandonar el país.

El ejemplo más sonado en Matamoros, fue el del colega Enrique Juárez, director editorial de El Mañana, quien el 4 de febrero de 2015 fue amenazado y golpeado por hombres armados, que lo trataron de sacar de la redacción de ese rotativo.

Juárez, como pudo se defendió y logro librarse y ahora vive para contarlo, dicen que pidió asilo en los Estados Unidos y el Mañana de Matamoros, despidió a sus reporteros y empleados, solo conserva dos o tres trabajadores que cubre las fuentes oficiales.

Claro, El Mañana estuvo publicando notas de hechos delincuenciales y Juárez, estuvo a punto de pagar las consecuencias.

“Desde hace años, los medios de comunicación en Tamaulipas han dejado de cubrir hechos de violencia relacionados con el crimen organizado, por lo que los tiroteos, secuestros, bloqueos de carreteras y presencia de grupos armados en las comunidades ha sido ocultado bajo un velo de autocensura derivado de la incapacidad de las autoridades para dar garantías a la libertad de prensa”, así lo sentencian los medios nacionales.

Los caídos

En los últimos dos años, dos periodistas de medios establecidos han sido asesinados: Mario Ricardo Chávez, director y columnista del diario El Ciudadano en Ciudad Victoria fue secuestrado y asesinado en junio de 2013, y Adrián Gaona, locutor de Multimedios Radio en Reynosa, fue asesinado en agosto de 2014.


En octubre de 2014, María del Rosario Fuentes, bloguera de la página de Facebook “Valor por Tamaulipas”, fue secuestrada y todavía permanece desaparecida…

Con tres casos desde diciembre de 2012, Tamaulipas es el estado con más periodistas asesinados durante el actual gobierno federal, de Enrique Peña Nieto y las cifras han aumentado, ya van 11 periodistas a los que les quitan la vida, entre ellos una reportera de Proceso y otro de la Jornada.

Desde hace algunos años, en Matamoros, hemos sufrido el asesinato de periodistas, casi todos escribían temas relacionados con el narcotráfico y la delincuencia organizada y siempre había pensado quien esto escribe, que cuando el ogro de mil cabezas llegara a tocar a los periodistas que laboran para medios nacionales importantes como la Jornada o Proceso, las cosas para los que profesamos esta profesión serían peores, creo que no me equivoque…

Por años, me he dedicado a esta hermosa profesión u oficio, como usted quiera llamarlo, tengo más de 25 años escribiendo, inicié como reportero policiaco, por muchos años edité una revista llamada Página Roja, escribíamos fuerte contra los delincuentes de la región, pero se vinieron los asesinatos de Pablo Pineda, de Saúl Martínez, y algunos otros que desaparecieron, entonces opté por incursionar en el periodismo político…

Llevo alrededor de 10 años o un poco más escribiendo un columna política titulada “En Partida Doble”, esta que usted lee en este momento, pero desde hace casi  5 años, que nos echamos a cuestas el compromiso de editar un periódico llamado El Norteño y desde la primera edición, optamos por no publicar ninguna nota roja, nada que tuviera que ver con el mundo policiaco, menos del narcotráfico o de la delincuencia organizada y así nos hemos mantenido hasta la fecha y así vamos a seguir…

Pero que cree querido y caro lector, “el estado fallido”, ha tocado a mi puerta, me ha robado mi paz, mi felicidad, mi tranquilidad y la de mi familia, he presentado dos denuncias ante la PGR en Matamoros, por amenazas, los agentes del Ministerio Público Federal Angel Monroy Peláez y Alfredo Cervantes Velázquez, de las mesas 3 y 2 de la Unidad de Atención Inmediata han abierto las carpetas de Investigación FED/TAMP/MAT/0002038/2017 y 0002036/2017, respectivamente.

El día de ayer me citaron en las instalaciones de la PGR, para darme a conocer mis derechos y para informarme que ya tiene conocimiento la Licenciada Cindy Patricia Brito Ramírez, delegada en Nuevo León de la Comisión Ejecutiva de Atención a Víctimas.

Pero lo más lamentable, es que cuando me entrevista el oficial de la Policía Federal Ministerial, Enrique Ramírez Hernández, le pregunto qué cuantos casos como el mío se les han presentado en Matamoros, en lo que va del año y respondió:

“Van tres mi jefe, en lo que va del año, de otros periodistas”.

Insisto: ¿Y qué ha pasado con ellos?.

“Quien sabe mi jefe, no sabemos”.

“Ok”, le respondí y le dije:

 “Ponle allí, que ratifico mi denuncia en cada uno de los términos que expuse, es todo lo que deseo manifestar a la entrevista, reservándome mi derecho a ampliar mi denuncia de continuar las amenazas”.

EN CONTRAPARTIDA, sigo esperando, mi derecho a audiencia con el alcalde Jesús de la Garza Díaz del Guante, solicitada a través de su jefe de prensa, Doroteo Montes, desde hace ya 3 semanas.


Nos vemos en la próxima y recuerden: ¡El lenguaje como legítima defensa!.