Marsella y Mario, una
historia de amor, de trabajo, de familia…y de poder
Alejandro
Mares Berrones
“Señora Marsella”, así es como le llama el
personal del DIF, a Marsella Huerta de López, quien recientemente en
conferencia de prensa dejó muy claro, que a ella no le gusta que le llamen
“Primera Dama” o “Señora Presidenta”.
“Todos somos iguales,
Señora Marsella, así me gustaría que me dijeran, solo con respeto, el amor a la
vida es lo que nos inspira a servir, me considero una persona sencilla, una persona
humilde, agradecida con Dios, servirle
al pueblo, a la gente, me gusta mucho ayudar a los más necesitados, como dicen
me pongo en los zapatos de ellos y la verdad me siento con esa gran
tranquilidad cuando ayudo a la gente”, dijo la semana pasada ante los medios de
comunicación.
Marsella Huerta de
López, es una mujer sencilla y muy amable, virtudes que adquirió de sus padres Everardo
Huerta Garza y María Sosa de Huerta, y que reforzó al contraer matrimonio con el
maestro Mario Alberto López Hernández, presidente municipal de Matamoros; una
mujer que a brazo partido y a lado de su marido, ha salido adelante como
esposa, como madre, como profesionista y como empresaria.
Marsella y Mario, del
fruto de su amor, han procreado 3 hijos hermosos, Montserrat, Melissa y Mario
Alberto, este último al que su padre le llama “mi borreguita de oro”.
La pareja que ahora
gobierna Matamoros, van a cumplir 20 años de feliz matrimonio, Marsella
estudiaba Contaduría en el Tecnológico
de Matamoros y tenía 25 años de edad, cuando conoció al “Profe” Mario Alberto
López Hernández, quien cuando la conoció se enamoró de ella desde la primera
mirada…
Solo que la señorita
Marsella no le hizo caso, pero Mario, “nunca perdió las esperanzas”, es nuestra
propia entrevistada quien lo cuenta desde su oficina, ubicada en el segundo
piso del DIF municipal, de Cuarta y Camilo Manso:
“Lo conocí a él en el
Tecnológico, fue mi maestro, pero nada más el respeto del maestro a la alumna,
termino mi carrera e inicio mi curso de titulación y me lo vuelvo a encontrar…
Mis amigas siempre me
decían, cuando llegaba a la clase, porque a veces llegaba muy tarde, pues me
venía del Poblado (Anáhuac) a la Central de autobuses del centro y de allí
tomaba la pesera para el Tecnológico y
ellas me decían que “el profe” comentaba:
ya llegó la compañera y tarde y así siempre enfocándose en mí…
Mis amigas decían, a mí
se me hace que tú le gustas al profe y yo pues no nada que ver, y así pasaron
los años, hasta que llegó el curso de titulación y ahí él, yo me acuerdo que estábamos yo
con una amiga y teníamos un cuaderno
porque teníamos un trabajo y él agarra mi cuaderno y escribe una nota que decía: te quiero invitar a salir, háblame…
Y yo como que le hable,
que le pasa, si él quiere que me hable,
yo como le voy a hablar y ya después me habla, me localiza y ya me invita a
salir, y total, me hice mucho al rogar y total ya fuimos a comer y ahí empezó
todo, de amigos, convivíamos más y hasta que nos hicimos novios.
Y la señora Marsella,
remata su historia de amor, con el ahora presidente municipal Mario Alberto
López Hernández:
“El nunca perdió la
esperanza, como dice él, el que persevera
alcanza, nos enamoramos y ahora tenemos 3 hijos maravillosos; nos
casamos bien rápido, fue en octubre cuando nos hicimos novios y en diciembre me
dio el anillo de compromiso, y en mayo nos casamos, hasta el otro año cumplimos
20 años de casados”.
Su
vida académica
Originaria del Poblado
Anáhuac, hija de padres agricultores, que le enseñaron a labrar la tierra y a
querer el campo, su infancia la vivió siempre en ese lugar, a lado de sus otros
cuatro hermanos: Everardo, Juan José Everardo, Marcia y Marbella, esta última
su hermana gemela.
Estudió la prescolar en
el Jardín de Niños Cristóbal Colón, la Primaria en la Juan B. Tijerina, luego
la Secundaria Técnica número 14, hasta que entró a la preparatoria, la que
curso en Valle Hermoso.
Marsella Huerta de
López, nos comenta:
“Cuando salgo de la
prepa, me voy un semestre a Ciudad Victoria, a estudiar la carrera de
computación, pero como no me gusto, le dije a mi mamá, me voy a regresar al
Poblado con ustedes y me regreso, entonces me regresé y fue cuando decidí
ingresar al Tecnológico a mis 19 años de edad y termine mi carrera de
licenciada en Contaduría Pública en 4 años”.
Estudiar su carrera de
contadora, no fue fácil para la Señora Marsella, pues mientras cursaba su
profesión, les ayudaba a sus padres en las labores del campo:
“Cuando estaba
estudiando, me venía todos los días del Poblado en autobús, tomaba el autobús
de ahí de la carretera de Anáhuac
todos los días y de ahí me venía y
llegaba a la Central de Autobuses de la
12 y Abasolo y de ahí me venía caminando para agarrar la pesera del Tec
Esperanza y me lleva hasta el Tecnológico, esto fue durante toda mi carrera y
en muchas ocasiones llegue tarde a clase, precisamente en la materia que me
impartía mi ahora esposo Mario López”.
Reconoce:
“Definitivo, el apoyo
de mis padres fue muy importante, mis papás son agricultores, siempre nos han
inculcado los valores y la verdad que los admiro mucho, y le doy gracias a Dios
por tenerlos”.
A la Señora Marsella,
se le corta la voz, pues recientemente tuvo la pérdida de uno de sus hermanos, de
Everardo, el mayor de la familia; el reportero cauteloso, no abunda sobre esa
situación, nuestra entrevistada toma
aire, aplomo y continúa:
“Cuando estábamos en el
Poblado, como dicen es un pueblo chiquito, nos enseñaron a hacer de todo,
cortar zacate, pintar, a trabajar duro,
anduve en el riego, en la agricultura, en la ganadería, porque en la Secundaria
Técnica 14, había lo que era la agricultura o la ganadería, entonces yo agarre lo que era agricultura”.
Rememora:
“Cuando mi papá
trillaba el sorgo, en las cajas de los camiones siempre quedan residuos,
nosotras lo juntábamos en botes e íbamos y lo vendíamos; andábamos en las
parcelas cortando polocote, mis papás tenían ganado y pues les ayudaba ahí con
el ganado, mi mamá producía quesos y nosotras los vendíamos allí mismo”.
--¿Alguna vez manejo
algún tractor?, se le pregunta
--Manejarlo no, subirme
si, mi papá nunca me dejo, me encantaba andar con mi papá a su lado en el
tractor, entonces ya cuando terminé mi carrera, hice mis practicas en el
despacho del contador Protasio Guerra, de ahí me fui a trabajar a la
Constructora Urvitec, luego me casé con este hombre maravilloso que es Mario
López y a echarle ganas a nuestros negocios, Mario es una persona que siempre
está pensando en que hacer”.
--¿Tienen 3 hijos,
ahora como va a combinar usted, el ser mamá, el ser Presidenta del DIF, el ser
contadora, porque aparte tiene negocios familiares?
--Todo se puede en esta
vida, vengo de gente de trabajo y la verdad
todo se puede, y dar lo mejor de mí al ciudadano, para que esté contento
con mí desempeño, a mis hijos siempre he estado al pendiente de ellos, los llevo
a la escuela en las mañanas, para las 7:30 de la mañana ya estoy desocupada y
ya me vengo aquí a las 8 a cumplir con mi responsabilidad, a cumplirle a
Matamoros”.
--¿Usted conoce mejor a
Mario López, mejor que el pueblo de Matamoros, que puede decir usted de su
marido?
--Que es una persona
muy sencilla, tranquilo, muy hogareño, que esta con sus hijos, con nosotros, no es de los que le gusta andar de fiesta, como dicen de parranda, nada
de eso, yo creo que desde los años de casados que tenemos, nunca me ha llegado borracho,
¡tomado jamás!, él es muy respetuoso con todos, es una persona con principios y valores muy sólidos, nunca
se está quieto, muy positivo en sus pensamientos, siempre está pensando en que
hacer por su familia, por sus amigos y ahora por Matamoros, no tengo ninguna
duda que mi esposo va hacer el mejor presidente que esta ciudad haya tenido en
toda su historia”.
“Gracias a Dios hemos
estado bien de salud, mis hijos y
nosotros, todo bien, hemos salido adelante, siempre trabajando, hemos tenido
tres grandes alegrías en la vida, desde que nació nuestra primer hija, luego la
segunda y la borreguita de oro, como le dice Mario al más chiquito de nuestros
hijos”.
--¿Y a usted como le
dice el Señor Presidente Municipal?
--A mí me dice mi amor.
--¿Más le vale, porque
si no se le arranca?, pregunta el reportero.
La señora Marsella,
suelta la risa y dice:
“Nada de eso, al
principio Mario de repente me decía
gorda y gorda pa´lla y gorda pa’ca, pero eso fue al principio, ahora ya no, y
ahora para todo me dice mi amor”.
--¿Y usted como le
dice al Presidente?
--Mi Rey.
--¿A qué hora empiezan el día de ustedes como
familia?
--A las 5 de la mañana
y concluimos a la 1 de la mañana.
--¿Cuáles van hacer sus
metas como presidenta del DIF?
--Que la gente se quede
contenta con el trabajo que les
vamos a brindar, como se dice que
los vamos a cobijar, los vamos apoyar en
lo que necesiten y que esté en nuestras posibilidades.
--¿Matamoros tiene
muchas necesidades, cómo le va hacer?
--Cuando andábamos en la
campaña, nos dimos cuenta de las
necesidades que existen en las colonias, a mí siempre me ha gustado servir a la
gente en lo que pueda, la gente que tiene esa necesidad, queremos apoyar a
todas las personas que podamos, eso es lo que vamos hacer todos los días.
Ya en anterior
conferencia de prensa Marsella Huerta de López, había dicho:
“El Sistema DIF que
está a mi cargo, estaremos trabajando para
todas las familias de Matamoros, haremos nuestro mejor esfuerzo para que
a través de nuestros programas de asistencia social, de salud, cultura y
deporte, lograremos restablecer el bienestar e inclusión hacia una mejor
sociedad”.
“Estoy consciente de mi
responsabilidad como presidenta del Sistema DIF, pero al mismo tiempo es un
honor el servir para mí y de mis colaboradores, los principios y los valores de
voluntad, respeto, solidaridad, generosidad, honestidad, humildad y empatía en
cada acción que emprenderemos”.
Y remató:
“Agradezco a mi esposo,
Mario Alberto López, al DIF Estatal y Nacional, su respaldo, que sin duda
fortalecerán cualquier acción emprendida”.
Y
pregunta expresa de este reportero, si va a seguir con la filosofía de su esposo
Mario López, “del que no cumpla se va”, la señora Marsella, fue contundente:
“Así
es, venimos a trabajar y a echarle todos los kilos y lo que nos inspira a
servir es el amor a la vida”.