jueves, 21 de marzo de 2019

El Emporio de “Las Camelias”


Colegio Oralia Guerra de Villarreal, producto del robo de área verde y de la calle Juan de la Barrera

El Emporio de “Las Camelias”

*A punta de triquiñuelas y  tráfico de influencias con el hermano del exgobernador, Américo Villarreal, Emilio, fueron quedándose con terrenos designados a áreas verdes municipales

Alejandro MaresBerrones/Jorge Caleb Rosas Martínez
  
Las triquiñuelas, el tráfico de influencias y despojos ilegales, mediante los cuales Héctor Escobar Hernández “La Camelia”, padre de Héctor Escobar Salazar, “La Camelia Junior”, quien hoy corre como candidato por el PAN a la diputación local por el distrito 10, se fue quedando con los terrenos propiedad del ayuntamiento de Matamoros, en donde nació el complejo escolar Oralia Guerra de Villarreal, Andrés Cuellar las recuerda muy bien.


  
   El cronista de la ciudad y encargado del Archivo Histórico municipal, dice que se trata de una  “truculenta historia”, que se conoció en la ciudad en la década de los ochentas.  

   “Carlos García Morín  llegó con la onda de que la Universidad de Tamaulipas ya no podía crecer, hay que fundar una,  la Universidad del Norte de Tamaulipas, porque esta aumentando la demanda y no hay una universidad oficial del Gobierno, eran los ochentas”, narró el historiador.

    Y así se pasó más de un año escuchando muchas pendejadas en largas juntas, mucho mérito de él y finalmente logró fundar la Universidad de Matamoros, no había donde estudiar, solo el Tecnológico y la UAT.

     “Ya que estaba fundada y luego de 2 años se le ocurrió poner la primera prepa… “y como el gobernador ha tenido tantas atenciones con nosotros”, decía además aseguraba que él se llevaba  de ‘piquete´ de rabo con el entonces gobernador Américo Villarreal Guerra y le vamos a poner Oralia Guerra de Villarreal”.

     Recordó también que entonces propuso a Héctor Escobar Hernández, como presidente de la Asociación Civil, empezó a  construir la prepa en un terreno cercano y grande, allí donde empezó.

  García Morín que era bueno para fundar para hacer trámites, salió diciendo que acababa de hacer ya un convenio con la Universidad de Nueva York, que ya los de Harvard habían platicado con él y así era, agregó Andrés Cuellar.

       “El problema es que era mal administrador, porque tenía a un hermano mason, de apellido Barrón que se decía contador, pero que no contaba ni las canicas, simplemente hicieron un desastre y entró al quite Alfredo López Zúñiga”, agregó.
   Pero cuando llega Alfredo, Héctor Escobar Hernández, le dice que eso era de él y discuten y discuten y se quedó con esa prepa, entonces se “amafió” con Emilio Villarreal Guerra, hermano del gobernador en turno y se quedaron con ese terreno, pero salió más hábil para los negocios porque si tú te fijas en el terreno que tiene la Universidad de Matamoros y lo comparas con el emporio de Escobar, pues es indiscutible.

    “Entonces hubo un pleito, pero gracias a la intervención de Emilio Villarreal, de quien dicen era pareja de Héctor Escobar, se logró quedar con eso y con la Universidad Nuevo Santander y ahora es este emporio de millones y tienen en otra parte, hay una universidad fuera de este emporio, que dicen que es para los jodidos, pero también es muy cara.
 
    López Zúñiga como quiera rescató lo de la Universidad de Matamoros pero esta como siempre ha estado, en cambio el otro (Héctor Escobar) que le da por construir en todas partes, pues se quedó con la mayoría del terreno que obviamente es mal habido, expresó Andrés Cuellar.

   ---Pero esta fundado en lo que era un área verde del Fraccionamiento la Encantada--- se le planteó al cronista de la ciudad.

   --- “A pues si, efectivamente, que ese siempre ha sido un problema de Matamoros, que muchas de las áreas verdes las trafican”---respondió Andrés Cuellar.

    Por ejemplo el área verde de mi colonia la traficaron con la Barra de Abogados y muchas otras casas que vendieron.

    ---De hecho hay una anécdota de que cuando estaban extendiéndose quisieron extenderse hasta donde está el Sindicato de los Trabajadores al Servicio del Municipio, pero Jorge Cárdenas González fue y derrumbo lo que estaban haciendo y los desalojó, precisamente porque era área verde y ya había pasado a manos del municipio---
 
     ---“Pues allí esta fíjate, seguramente con el apoyo de Emilio Villarreal fue que Escobar se fue quedando con esos terrenos”—manifestó.

     De la Universidad de Matamoros tenemos un expediente con la carta de donación por parte del fraccionador a Simón A. García, otro ladrón,  a Carlos García Morín, en terrenos muy cerca de allí del emporio de Escobar, reveló el cronista de la ciudad.

      “La cuestión es que históricamente por ejemplo los regidores además de lo que ganan, los trafiques y los moches que hacen, se quedan con terrenos y áreas verdes precisamente”.

   Y remata:

   “De la Universidad de Matamoros está todo en orden según este expediente, cosa que no se sabe de Héctor Escobar Hernández, para ver cómo fue quedándose con esos terrenos”.

“La Camelia a Emilio mataba”

Efectivamente, como lo ha contado Andrés Cuellar, a Héctor Escobar Hernández, lo ayudó su pareja Emilio Villarreal, hermano del exgobernador Américo, por eso el difunto profesor y columnista Francisco “Paco” Arratia, le puso el apodo de “La Camelia”, porque escribía, como dice el corrido: “que la Camelia a Emilio mataba”.

En el plano oficial del Fraccionamiento “La Encantada”, compuesto de 12 manzanas y aprobado en 1978 durante el gobierno de Jorge Cárdenas González, aparecen 3 áreas verdes: la A, B y C, de grandes proporciones, de casi manzana entera, todas ellas a orilla del Periférico.

En el área verde A, se encuentra el CECATI 107, en la B, que fue con la que se quedó Héctor Escobar Hernández “La Camelia”, está el Colegio Oralia Guerra de Villarreal y en la C se encuentra el Sindicato de Trabajadores al Servicio del Municipio, área que también se quiso quedar “La Camelia” pero que Jorge Cárdenas González no se lo permitió.

El padre del hoy candidato del PAN a la diputación por el décimo distrito electoral, Héctor Escobar Salazar, “La Camelia Junior”, no solo se quedó con el área verde B, también lo hizo con la calle Juan de la Barrera, que cruza por un costado de la Universidad de Matamoros y en su mayor parte por el Colegio Oralia Guerra de Villarreal.

La Juan de la Barrera nace desde la calle 3 y debería de llegar hasta la calle 18 de Julio; pero no, “La Camelia”, también se robó esta calle, desde la Privada Primera, hasta la 18 de Julio.

Prácticamente la calle Juan de la Barrera de entre Privada Primera y 18 de Julio, está desaparecida, se la robó “La Camelia” y tanto esta avenida, como el área verde B, los usó para construir su emporio.

Ahora es uno de los colegios más caros de la ciudad, cuenta con preescolar hasta la Universidad Nuevo Santander, de la que tanto presume Héctor Escobar Salazar, haber sido rector y que es un terreno mal habido y que les debería dar vergüenza salir a la calle a buscar el voto popular, por estar medrado con la educación de un pueblo.

Pero como “Las Camelias” son sin vergüenzas, se les ha olvidado que estos terrenos que se robaron deberían de haberse utilizado para utilidad pública y no para beneficio personal de los Escobar, donde se han enriquecido, ahora viajan por el mundo y se compran ropas finas, de marca, como capos mafiosos, gracias a las altas colegiaturas, que no son otra cosa que el usufructo de esos predios hurtados.

Se supone que cuando los gobiernos autorizan que se creen instituciones educativas en terrenos municipales, estas deben de tener como objetivo el beneficio social y en el caso de los Escobar ha sido lo contrario, tanto el preescolar, como la primaria, secundaria, preparatoria y la universidad tienen colegiaturas altísimas, las cuales no son accesibles para los hijos de los trabajadores y obreros de Matamoros.

Con estas acciones de hurto y virulentas, todavía  “La Camelia” se atrevió a meter a su hijo a la política, con la mira de primero pasarlo por las urnas y después convertirlo en presidente municipal, ya lo hizo Secretario de Educación en el Estado, donde Héctor Escobar Salazar tuvo una gris actuación.

¡Aguas!, con “La Camelia Junior”

No nos queremos imaginar, si un día llega “La Camelia Junior” hacer alcalde de Matamoros, su padre se quedaría con todas las áreas verdes de colonias y fraccionamientos, como lo hizo en este fraccionamiento “La Encantada” donde ha construido su emporio.

El emporio de “Las Camelias”, sigue creciendo a pasos agigantados, lo que debió ser una institución educativa para atender la necesidad social de lo que es lo más sagrado de la conciencia humana, como lo es la educación de un pueblo como Matamoros, se convirtió en negocio familiar.

El propio Héctor Escobar Salazar “La Camelia Junior”, por mucho tiempo fue el coordinador general, de la sección secundaria y preparatoria del Colegio Oralia Guerra de Villarreal, hasta llegar hacer rector de la Universidad Nuevo Santander y de aquí brincar a la política, donde hoy anda en busca de más poder y riqueza.

“La Camelia Junior”, presume tener un doctorado en educación, egresado de la Universidad Anáhuac; una maestría en Administración, por el Tec Milenio; pero lo que Héctor Escobar Salazar, no ha dicho y no dirá, es que realmente estudió pedagogía por capricho de su padre.

“La Camelia Junior”, después de que terminó la preparatoria en La Salle, le dijo a su papi, que quería estudiar Mecatrónica  y se fue a Monterrey,  y no dio el kilo, resultó maleta para el estudio y se tuvo que regresar a Matamoros.

Héctor Escobar Hernández, tuvo que hablar con el Obispo Chavolla, para que le aceptara a “La Camelia Junior” en la Universidad del Noreste de México que es una institución que administra la Diócesis de Matamoros y fue la forma en la que el hoy candidato Héctor Escobar Salazar logró terminar su carrera de licenciado en Ciencias del Desarrollo de la Educación.

“La Camelia Junior” por algunos años estuvo dando la materia de Informática a los alumnos de secundaria y preparatoria, sin tener el perfil para esa materia, donde por cierto sus ex alumnos todavía lo recuerdan por lo mal que impartía su clase, ahora quiere ser diputado y luego alcalde, con estos políticos para que queremos enemigos los matamorenses.

El emporio de “Las Camelias”, se ha levantado a base de influencias políticas y se han pasado por el arco del triunfo el Reglamento de Construcción para el municipio de Matamoros, para empezar deberían de comprobar con escrituras el cómo se quedaron con el área verde B, del fraccionamiento La Encantada y con la calle Juan de la Barrera.

Este es el génesis del problema, que muestren el certificado de alineamiento, de paramento a paramento, pues en cualquier parte de la ciudad, hasta teniendo escrituras de propiedad hay que sacar los permisos respectivos en la Secretaria de Desarrollo Urbano y Ecología, sino, no se puede ni construir.

En cambio los Escobar, no solo se apoderaron de una calle y de un área verde, con el cuento de que iban a dar un servicio educativo a bajo costo al pueblo de Matamoros, hicieron todo lo contrario.

Se han enriquecido, han adquirido más propiedades allí mismo en La Encantada y en otras partes de la ciudad e incluso, en los Estados Unidos, donde tienen fuertes inversiones y donde vive “La Camelia Junior”, pero esto será otra historia.

Todas las vías públicas son inalienables, están establecidas para transitar y resulta que los Escobar, se quedaron con la calle Juan de la Barrera y con un área verde de La Encantada y nadie los ha denunciado.

Todo esto no solo tiene la apariencia de delito, se puede tipificar como tal, como un atentado a los bienes fundamentales del estado y sus municipios, según se establece en el artículo 157-Quater del Código Penal de Tamaulipas, porque el Colegio Oralia Guerra de Villarreal entorpece la vía pública al quedarse con la calle Juan de la Barrera e impide la circulación de los vehículos, al igual que la Universidad de Matamoros.

Además de cometer otros delitos al engañar al ayuntamiento y al pueblo de Matamoros, porque se supone que al constituirse como institución educativa, sus colegiaturas serías accesibles para la clase trabajadora y ha resultado un negocio particular y privado.

En el plano oficial del Fraccionamiento “La Encantada” elaborado en 1978, Héctor Escobar Hernández, “La Camelia” aparece como propietario de los lotes 17 y 16, números 49 y 51 respectivamente de la calle Juan de la Barrera entre Privada Uno y 18 de Julio, eso le facilitó para quedarse con la calle y después apoderarse del área verde como vulgar y corriente ladrón.

Hoy “La Camelia” quiere convertir a “La Camelia Junior” en diputado y después en alcalde, que Dios nos agarre confesados.

Los negros antecedentes de “La Camelia” van desde el acoso sexual… hasta convertirse en un tirano laboral, pues a los profes que laboran para su emporio, no los tiene en el Seguro Social, ya que paga “disimulos”, “moches” para no hacerlo.

 Esto será otra historia, como decía la Nana Goya, la gordita de la tele.