Colegio Oralia Guerra de Villarreal, producto
del robo de área verde y de la calle Juan de la Barrera
El Emporio de “Las Camelias”
*A
punta de triquiñuelas y tráfico de
influencias con el hermano del exgobernador, Américo Villarreal, Emilio, fueron
quedándose con terrenos designados a áreas verdes municipales
Alejandro
MaresBerrones/Jorge Caleb Rosas Martínez
Las triquiñuelas, el tráfico de influencias y despojos
ilegales, mediante los cuales Héctor Escobar Hernández “La Camelia”, padre de
Héctor Escobar Salazar, “La Camelia Junior”, quien hoy corre como candidato por
el PAN a la diputación local por el distrito 10, se fue quedando con los
terrenos propiedad del ayuntamiento de Matamoros, en donde nació el complejo escolar
Oralia Guerra de Villarreal, Andrés Cuellar las recuerda muy bien.
El cronista de la
ciudad y encargado del Archivo Histórico municipal, dice que se trata de
una “truculenta historia”, que se
conoció en la ciudad en la década de los ochentas.
“Carlos García
Morín llegó con la onda de que la
Universidad de Tamaulipas ya no podía crecer, hay que fundar una, la Universidad del Norte de Tamaulipas, porque
esta aumentando la demanda y no hay una universidad oficial del Gobierno, eran
los ochentas”, narró el historiador.
Y así se pasó más de un año escuchando muchas
pendejadas en largas juntas, mucho mérito de él y finalmente logró fundar la
Universidad de Matamoros, no había donde estudiar, solo el Tecnológico y la
UAT.
“Ya que estaba
fundada y luego de 2 años se le ocurrió poner la primera prepa… “y como el
gobernador ha tenido tantas atenciones con nosotros”, decía además aseguraba
que él se llevaba de ‘piquete´ de rabo
con el entonces gobernador Américo Villarreal Guerra y le vamos a poner Oralia
Guerra de Villarreal”.
Recordó también
que entonces propuso a Héctor Escobar Hernández, como presidente de la
Asociación Civil, empezó a construir la
prepa en un terreno cercano y grande, allí donde empezó.
García Morín que era
bueno para fundar para hacer trámites, salió diciendo que acababa de hacer ya
un convenio con la Universidad de Nueva York, que ya los de Harvard habían
platicado con él y así era, agregó Andrés Cuellar.
“El problema es
que era mal administrador, porque tenía a un hermano mason, de apellido Barrón
que se decía contador, pero que no contaba ni las canicas, simplemente hicieron
un desastre y entró al quite Alfredo López Zúñiga”, agregó.
Pero cuando llega
Alfredo, Héctor Escobar Hernández, le dice que eso era de él y discuten y discuten
y se quedó con esa prepa, entonces se “amafió” con Emilio Villarreal Guerra, hermano
del gobernador en turno y se quedaron con ese terreno, pero salió más hábil
para los negocios porque si tú te fijas en el terreno que tiene la Universidad
de Matamoros y lo comparas con el emporio de Escobar, pues es indiscutible.
“Entonces hubo un
pleito, pero gracias a la intervención de Emilio Villarreal, de quien dicen era
pareja de Héctor Escobar, se logró quedar con eso y con la Universidad Nuevo Santander y ahora es
este emporio de millones y tienen en otra parte, hay una universidad fuera de
este emporio, que dicen que es para los jodidos, pero también es muy cara.
López Zúñiga como
quiera rescató lo de la Universidad de Matamoros pero esta como siempre ha
estado, en cambio el otro (Héctor Escobar) que le da por construir en todas
partes, pues se quedó con la mayoría del terreno que obviamente es mal habido,
expresó Andrés Cuellar.
---Pero esta fundado en lo que era un área
verde del Fraccionamiento la Encantada--- se le planteó al cronista de la
ciudad.
--- “A pues si,
efectivamente, que ese siempre ha sido un problema de Matamoros, que muchas de
las áreas verdes las trafican”---respondió Andrés Cuellar.
Por ejemplo el área
verde de mi colonia la traficaron con la Barra de Abogados y muchas otras casas
que vendieron.
---De hecho hay una
anécdota de que cuando estaban extendiéndose quisieron extenderse hasta donde
está el Sindicato de los Trabajadores al Servicio del Municipio, pero Jorge Cárdenas
González fue y derrumbo lo que estaban haciendo y los desalojó, precisamente
porque era área verde y ya había pasado a manos del municipio---
---“Pues allí esta
fíjate, seguramente con el apoyo de Emilio Villarreal fue que Escobar se fue
quedando con esos terrenos”—manifestó.
De la Universidad
de Matamoros tenemos un expediente con la carta de donación por parte del
fraccionador a Simón A. García, otro ladrón,
a Carlos García Morín, en terrenos muy cerca de allí del emporio de Escobar,
reveló el cronista de la ciudad.
“La cuestión es
que históricamente por ejemplo los regidores además de lo que ganan, los
trafiques y los moches que hacen, se quedan con terrenos y áreas verdes
precisamente”.
Y remata:
“De la Universidad de
Matamoros está todo en orden según este expediente, cosa que no se sabe de
Héctor Escobar Hernández, para ver cómo fue quedándose con esos terrenos”.
“La Camelia a Emilio mataba”
Efectivamente, como lo ha contado Andrés Cuellar, a Héctor
Escobar Hernández, lo ayudó su pareja Emilio Villarreal, hermano del
exgobernador Américo, por eso el difunto profesor y columnista Francisco “Paco”
Arratia, le puso el apodo de “La Camelia”, porque escribía, como dice el
corrido: “que la Camelia a Emilio mataba”.
En el plano oficial del Fraccionamiento “La Encantada”,
compuesto de 12 manzanas y aprobado en 1978 durante el gobierno de Jorge
Cárdenas González, aparecen 3 áreas verdes: la A, B y C, de grandes
proporciones, de casi manzana entera, todas ellas a orilla del Periférico.
En el área verde A, se encuentra el CECATI 107, en la B, que
fue con la que se quedó Héctor Escobar Hernández “La Camelia”, está el Colegio
Oralia Guerra de Villarreal y en la C se encuentra el Sindicato de Trabajadores
al Servicio del Municipio, área que también se quiso quedar “La Camelia” pero
que Jorge Cárdenas González no se lo permitió.
El padre del hoy candidato del PAN a la diputación por el
décimo distrito electoral, Héctor Escobar Salazar, “La Camelia Junior”, no solo
se quedó con el área verde B, también lo hizo con la calle Juan de la Barrera,
que cruza por un costado de la Universidad de Matamoros y en su mayor parte por
el Colegio Oralia Guerra de Villarreal.
La Juan de la Barrera nace desde la calle 3 y debería de
llegar hasta la calle 18 de Julio; pero no, “La Camelia”, también se robó esta
calle, desde la Privada Primera, hasta la 18 de Julio.
Prácticamente la calle Juan de la Barrera de entre Privada
Primera y 18 de Julio, está desaparecida, se la robó “La Camelia” y tanto esta
avenida, como el área verde B, los usó para construir su emporio.
Ahora es uno de los colegios más caros de la ciudad, cuenta
con preescolar hasta la Universidad Nuevo Santander, de la que tanto presume
Héctor Escobar Salazar, haber sido rector y que es un terreno mal habido y que
les debería dar vergüenza salir a la calle a buscar el voto popular, por estar
medrado con la educación de un pueblo.
Pero como “Las Camelias” son sin vergüenzas, se les ha
olvidado que estos terrenos que se robaron deberían de haberse utilizado para
utilidad pública y no para beneficio personal de los Escobar, donde se han
enriquecido, ahora viajan por el mundo y se compran ropas finas, de marca, como
capos mafiosos, gracias a las altas colegiaturas, que no son otra cosa que el usufructo
de esos predios hurtados.
Se supone que cuando los gobiernos autorizan que se creen
instituciones educativas en terrenos municipales, estas deben de tener como
objetivo el beneficio social y en el caso de los Escobar ha sido lo contrario, tanto
el preescolar, como la primaria, secundaria, preparatoria y la universidad
tienen colegiaturas altísimas, las cuales no son accesibles para los hijos de
los trabajadores y obreros de Matamoros.
Con estas acciones de hurto y virulentas, todavía “La Camelia” se atrevió a meter a su hijo a
la política, con la mira de primero pasarlo por las urnas y después convertirlo
en presidente municipal, ya lo hizo Secretario de Educación en el Estado, donde
Héctor Escobar Salazar tuvo una gris actuación.
¡Aguas!, con “La Camelia Junior”
No nos queremos imaginar, si un día llega “La Camelia Junior”
hacer alcalde de Matamoros, su padre se quedaría con todas las áreas verdes de
colonias y fraccionamientos, como lo hizo en este fraccionamiento “La
Encantada” donde ha construido su emporio.
El emporio de “Las Camelias”, sigue creciendo a pasos
agigantados, lo que debió ser una institución educativa para atender la
necesidad social de lo que es lo más sagrado de la conciencia humana, como lo
es la educación de un pueblo como Matamoros, se convirtió en negocio familiar.
El propio Héctor Escobar Salazar “La Camelia Junior”, por
mucho tiempo fue el coordinador general, de la sección secundaria y
preparatoria del Colegio Oralia Guerra de Villarreal, hasta llegar hacer rector
de la Universidad Nuevo Santander y de aquí brincar a la política, donde hoy
anda en busca de más poder y riqueza.
“La Camelia Junior”, presume tener un doctorado en educación,
egresado de la Universidad Anáhuac; una maestría en Administración, por el Tec
Milenio; pero lo que Héctor Escobar Salazar, no ha dicho y no dirá, es que
realmente estudió pedagogía por capricho de su padre.
“La Camelia Junior”, después de que terminó la preparatoria
en La Salle, le dijo a su papi, que quería estudiar Mecatrónica y se fue a Monterrey, y no dio el kilo, resultó maleta para el
estudio y se tuvo que regresar a Matamoros.
Héctor Escobar Hernández, tuvo que hablar con el Obispo
Chavolla, para que le aceptara a “La Camelia Junior” en la Universidad del
Noreste de México que es una institución que administra la Diócesis de
Matamoros y fue la forma en la que el hoy candidato Héctor Escobar Salazar
logró terminar su carrera de licenciado en Ciencias del Desarrollo de la
Educación.
“La Camelia Junior” por algunos años estuvo dando la materia
de Informática a los alumnos de secundaria y preparatoria, sin tener el perfil
para esa materia, donde por cierto sus ex alumnos todavía lo recuerdan por lo
mal que impartía su clase, ahora quiere ser diputado y luego alcalde, con estos
políticos para que queremos enemigos los matamorenses.
El emporio de “Las Camelias”, se ha levantado a base de
influencias políticas y se han pasado por el arco del triunfo el Reglamento de
Construcción para el municipio de Matamoros, para empezar deberían de comprobar
con escrituras el cómo se quedaron con el área verde B, del fraccionamiento La
Encantada y con la calle Juan de la Barrera.
Este es el génesis del problema, que muestren el certificado
de alineamiento, de paramento a paramento, pues en cualquier parte de la
ciudad, hasta teniendo escrituras de propiedad hay que sacar los permisos
respectivos en la Secretaria de Desarrollo Urbano y Ecología, sino, no se puede
ni construir.
En cambio los Escobar, no solo se apoderaron de una calle y
de un área verde, con el cuento de que iban a dar un servicio educativo a bajo
costo al pueblo de Matamoros, hicieron todo lo contrario.
Se han enriquecido, han adquirido más propiedades allí mismo
en La Encantada y en otras partes de la ciudad e incluso, en los Estados
Unidos, donde tienen fuertes inversiones y donde vive “La Camelia Junior”, pero
esto será otra historia.
Todas las vías públicas son inalienables, están establecidas
para transitar y resulta que los Escobar, se quedaron con la calle Juan de la
Barrera y con un área verde de La Encantada y nadie los ha denunciado.
Todo esto no solo tiene la apariencia de delito, se puede tipificar
como tal, como un atentado a los bienes fundamentales del estado y sus
municipios, según se establece en el artículo 157-Quater del Código Penal de
Tamaulipas, porque el Colegio Oralia Guerra de Villarreal entorpece la vía
pública al quedarse con la calle Juan de la Barrera e impide la circulación de
los vehículos, al igual que la Universidad de Matamoros.
Además de cometer otros delitos al engañar al ayuntamiento y
al pueblo de Matamoros, porque se supone que al constituirse como institución
educativa, sus colegiaturas serías accesibles para la clase trabajadora y ha
resultado un negocio particular y privado.
En el plano oficial del Fraccionamiento “La Encantada”
elaborado en 1978, Héctor Escobar Hernández, “La Camelia” aparece como
propietario de los lotes 17 y 16, números 49 y 51 respectivamente de la calle
Juan de la Barrera entre Privada Uno y 18 de Julio, eso le facilitó para
quedarse con la calle y después apoderarse del área verde como vulgar y
corriente ladrón.
Hoy “La Camelia” quiere convertir a “La Camelia Junior” en
diputado y después en alcalde, que Dios nos agarre confesados.
Los negros antecedentes de “La Camelia” van desde el acoso sexual…
hasta convertirse en un tirano laboral, pues a los profes que laboran para su
emporio, no los tiene en el Seguro Social, ya que paga “disimulos”, “moches”
para no hacerlo.
Esto será otra
historia, como decía la Nana Goya, la gordita de la tele.