EN PARTIDA DOBLE
EDICION 875
CORRESPONDIENTE AL 13 DE
DICIEMBRE DE 2016
Alejandro Mares Berrones
¡Que valiente mi General!
La semana pasada el mundo
político se convulsionó con las palabras de Salvador Cienfuegos Zepeda,
secretario de la SEDENA:
“Estamos pidiendo que se regularice la actuación de las Fuerzas
Armadas”.
Y se autopreguntó:
“¿Qué quieren los mexicanos que hagan las Fuerzas Armadas?”.
“Si quieren que estemos en los cuarteles, adelante, yo sería el
primero en levantar no una, sino las dos manos, para que nos vayamos a
hacer nuestras tareas constitucionales, nosotros no pedimos, ya ustedes lo
saben no lo tengo que decir, pero no pedimos estar aquí, no nos sentimos a
gusto, los que estamos con ustedes aquí no estudiamos para perseguir delincuentes".
Eso lo dijo el General en el desayuno de fin de año con integrantes de
los medios de comunicación.
El General recalcó que es necesario que se establezca un marco jurídico,
que defina las funciones y responsabilidades de las Fuerzas Armadas.
Y fue contundente:
“Quienes forman parte de dichas corporaciones, no estudiaron para
perseguir delincuentes, por lo que se le ha estado insistiendo a los
legisladores que se regularice la actuación de las Fuerzas Armadas”.
El General puntualizó que las Fuerzas
Armadas hacen funciones que no les corresponden, todo porque no hay quien las
haga o no están capacitados.
El General sacó la credencial y mencionó que ha sido el único que ha
solicitado que se realice este marco jurídico, ante los ataques que han sufrido
las Fuerzas Armadas y criticó el nuevo Sistema de Justicia Penal, el llamado
“Juicios Orales”…
El General recalcó que los jueces han liberado a delincuentes de alta
peligrosidad que ya habían sido juzgados y encarcelados bajo el argumento de
faltas al debido proceso.
Y lo más grave de las palabras que dijo el General fue:
“Ahora soldados y marinos ya lo piensan antes de ir a un operativo,
porque les sale más barato ser juzgados por desobediencia que por violar
derechos humanos”.
Sobre la lucha contra el crimen organizado, el General dijo que esta ha
dejado a miles de mexicanos muertos y que esto es consecuencia de que las
policías de los estados no han hecho el trabajo correspondiente para darle
seguridad a los mexicanos.
Lo anterior fue lo que el General de su ronco pecho les declaró a los
medios de comunicación nacionales.
EN CONTRAPARTIDA, ¡que valiente mi
General!, y es que tiene razón, el Ejército y la propia Marina, están entrenados
para acciones de guerra, no para actuar como policías preventivos, judiciales o
ministeriales, aunque el tema del narcotráfico y delincuencia organizada es ya
asunto de Seguridad Nacional y aquí sí, las Fuerzas Armadas, no deben ni se
pueden rajar, porque entonces las entidades federativas quedarían a merced de
los narcos y el Estado de Derecho simplemente desaparecería.
Es justo lo que el General les exige a los legisladores, que el marco
jurídico se modifique, para poder entrarle al ogro de mil cabezas y poder
dominarlo, porque ahora resulta que las Fuerzas Armadas son emboscadas y a mansalva asesinados…
Sin duda, que hacia el interior de las Fuerzas Armadas, los militares
aplaudieron las palabras del General, ¿y el gobierno de Peña Nieto, haría lo
mismo?, claro que no…
Desde la llegada al poder de López Portillo, los altos mandos de la
SEDENA y de la MARINA, dejaron de ser tomados en cuenta por el PRI, para que
estos ocuparan escaños en las Cámaras de Diputados y Senadores…
Ahora los altos mandos militares, están prácticamente concentrados en
sus respectivas secretarias y alejados de la participación política y si México
ha sido productivo en alguna parte de su historia, ha sido en las épocas de dos
grandes generales, la de Porfirio Díaz y la de Lázaro Cárdenas.
La Marina por su parte, ha tenido que tragar saliva, cuando en costas
mexicanas, entran barcos vacíos y salen llenos de petróleo, por órdenes
presidenciales y esto ha ocurrido por décadas.
El Ejército por su parte, cuenta con un sistema de inteligencia en todo
el país, sabe dónde, cómo y cuándo operan los carteles de la droga, pero no
pueden actuar, porque tienen que respetar los Derechos Humanos y ahora los
quieren poner a que realicen funciones de policías preventivos, por eso las
palabras de “mi General”.
El sistema de inteligencia de la SEDENA, abarca a políticos corruptos de
los tres niveles de gobierno, líderes sindicales, periodistas…
Si el Senado y la Cámara de Diputados, modifican el marco jurídico de
las Fuerzas Armadas, estás podrán actuar no solo contra narcos y carteles, sino
contra políticos que se tragan al país, como si devoraran un pastel de tres
leches…
¿A qué le temen los legisladores?...a un golpe de estado acaso, no
“preocupéis”, las Fuerzas Armadas mexicanas están estructuradas de tal manera
que si un cabo u oficial andan de revoltosos, inmediatamente los de “arriba”
los aplacan.
Las Fuerzas Armadas se encuentran entre la espada y la pared, o los
matan los narcos o los meten al bote por violar los derechos humanos.
A CABEZA DE VACA LO
PUSIERON LOS DEL PRI: EL PEJE
, sigue Tamaulipas en los más altos niveles de inseguridad, continúan
los secuestros y matazones a lo largo y ancho del estado y de aquel que les
platique y que nos dijo que nos iba a brindar seguridad en las carreteras, todo
indica que no puede con el puesto…
FRANCISCO JAVIER GARCIA CABEZA DE VACA, les prometió a los tamaulipecos
que la inseguridad y la corrupción política se iba acabar, que él capacitaría a
las fuerzas policiacas en el extranjero y ahora se ha echado para atrás, dice
que no es fácil y hasta aumento los impuestos y de aquellas palabras de que iba
a desaparecer la tenencia ya ni se acuerda…
El gobernador de Tamaulipas cree que se puede burlar del pueblo y no es
así, el pueblo cobrará venganza en las futuras elecciones.
Tamaulipas es un pueblo sabio.
Por cierto, el sábado próximo pasada, estuvo en Matamoros Andrés Manuel
López Obrador y dijo que Cabeza de Vaca, pertenece a la misma mafia del poder y
que no va hacer nada, que los “Vientos de Cambio”, solo será para los suyos y
no para el pueblo, “ya lo verán, yo no me equivocó”, dijo El Peje.
Nos vemos en la próxima, y ya saben: ¡El lenguaje como legítima
defensa!.