EN PARTIDA DOBLE
EDICION 113
CORRESPONDIENTE AL 14 de septiembre del 2010
Por Alejandro Mares Berrones
La carne se desprendía del hueso, conforme paso el tiempo, ¡sólo las “calacas pelonas” quedaron!; a HIDALGO, ALLENDE, ALDAMA y JIMENEZ, héroes de la patria, les cortaron las cabezas…
“Dar la vida por la independencia, es recibir un gran bien; darla cuando se ve un hombre obligado por el ejemplo de tantos mexicanos dignos, apenas sería llenar un deber. Sin afectación de modestia, sin que quede en el fondo de mi copa un sentimiento hipócrita, repito que los hombres somos nada, que los principios lo son todo”: BENITO PABLO JUAREZ GARCIA, benemérito de las Américas.
En la entrada de un pueblo de Nuevo León llamado GENERAL JUAN ZUAZUA ESPARZA –peleó contra la intervención norteamericana, también en la guerra de Reforma a lado de los liberales y era conocido como “General de Generales”-; reza una frase: “la soberanía pertenece al pueblo y el pueblo que conoce a la soberanía será invencible”, literalmente eso es lo que dice y hoy a doscientos años de que México iniciará la lucha por la libertad y se quitara el yugo español; esta cita es antagónica, pues la gran mayoría del pueblo de México no sabe el verdadero significado de eso.
Nuestra historia es hermosa, pero debemos ser críticos, analíticos y reflexivos, en otras palabras hay que “aprender a aprender” a leer entre líneas y al revés; pues es sabido que la historia la escriben los triunfadores y por lo tanto sus ideas o versiones son las que prevalecen.
Que Miguel Hidalgo y Costilla Gallaga, alias “El Zorro Plateado”, es el padre de la patria, esto según la historia es considerado como cierto, más no verdadero, desde mi punto de vista, los padres de la patria son: los capitanes Ignacio Allende, Juan Aldama, Josefa Ortiz de Domínguez, José María Sánchez, los abogados Parra, Altamirano y Laso, Francisco Araujo, Antonio Téllez, Ignacio Gutiérrez, Epigmenio y Emeterio González, el regidor Cervantes, el capitán Joaquín Areas, el teniente Francisco Lanza Gorta y el teniente Baca, y otros muchos…
Hidalgo, hombre culto y de mucho arraigo con los indígenas; sólo fue un instrumento de estos; es más, existían algunos comentarios en el sentido de que Hidalgo, servía de tapadera de Allende, para que este visitara muy a menudo a la señora corregidora, Doña Josefa Ortiz de Domínguez, esposa del corregidor o juez Miguel Domínguez, a este último también se le menciona como quien traicionó el movimiento; no precisamente por no estar de acuerdo con la conspiración, sino porque es probable que haya descubierto que le querían hacer de chivo los tamales e inclusive mandó encerrar en una habitación a su esposa, pero esta escapó y avisó a Allende, este hizo su parte e informó a Hidalgo, que la conspiración había sido descubierta.
La historia señala a un empleado de correos de nombre José María Galván, como quien fue el que denunció la conspiración a los españoles, lo que se conoce como la Conspiración de Querétaro, esta fue descubierta el 9 de septiembre de 1810. Fue precisamente en el pueblo de Dolores, Guanajuato, que la madrugada del 16 de septiembre de 1810, Hidalgo parado en la puerta de su parroquia “Nuestra Señora de Dolores” y enarbolando un estandarte de la Virgen de Guadalupe, gritó, después de que su campanero llamara a misa: “vamos acoger gachupines”, “muera el mal gobierno”, “Viva Fernando VII” –rey de España-, ¡Viva la Virgen de Guadalupe!.
De lo anterior nace una pregunta, si Hidalgo, dio el grito “de dolores” la madrugada del 16 de septiembre de 1810; ¿porqué la gran mayoría de los gobiernos municipales, estatales y federal, lo dan el 15 de septiembre en la noche?. Fue Porfirio Díaz, quien instituyó que “el grito de independencia o de dolores”, se practicara en todos los rincones de la patria y que este se efectuara el 15 de septiembre en la noche y no el 16 en la madrugada.
El que a Hidalgo se le haya reconocido como el iniciador de la Independencia; eso se debe a su discípulo José María Morelos y Pavón, “El Siervo de la Nación”; quien en su apostolado “Los Sentimientos de la Nación”, entre lo que pidió, fue que se reconociera a Miguel Hidalgo, como héroe nacional.
Como todos sabemos, Miguel Hidalgo, era un cura que obedecía las ordenes de la iglesia católica, la cual lo descomulgó, no por sublevarse contra España, sino por serias acusaciones que lo señalaban de no ser muy adepto a la práctica del celibato; todavía en Guanajuato, se corren las versiones, que Hidalgo tuvo por lo menos cuatro mujeres, con las cuales procreó familia; aquí surge otra pregunta, ¿dónde está la descendencia de Hidalgo?.
Tampoco en los libros de historia, se abunda sobre la matanza de la Alhóndiga de Granaditas, donde Hidalgo, no pudo o no quiso controlar la turba de indios, criollos y mestizos, que lo seguían, entre ellos el güero pecoso “El Pipila” –esta palabra significa, pecoso o cacarizo-, que por cierto no lo pintan de indio y con una loza en la espalda y fue quien le prendió fuego a la puerta de la Alhóndiga. Hay quienes dicen que “El Pipila”, no existió, que sólo fue una leyenda, pero para hacerla real, le pusieron nombre y apellidos, y hasta resultó de oficio minero; en Guanajuato, existe un mirador, con su figura.
Allá en la tierra de las momias, el hablar mal de Hidalgo, de “El Pipila”, de José Alfredo Jiménez, de “Cantinflas” y hasta de Pedro Vargas; es una ofensa para ellos; por cierto es uno de los bastiones panistas más fuertes políticamente; es más al actual gobernador de Guanajuato, se le menciona como el relevo de CESAR NAVA, como próximo dirigente nacional de Acción Nacional.
Regresando al hecho de la Alhóndiga, en ese lugar se habían refugiado más de 500 españoles, con todas sus riquezas y familias. En esta parte de la historia, no se dice lo que la muchedumbre encabezada por Hidalgo, les hizo a los españoles, no se narra la forma tan salvaje con la cual se les privó de la vida, allí murieron niños, mujeres, hombres adultos y por lógica los soldado españoles, que defendieron ese sitio.
En la Alhóndiga de Granaditas, en cada esquina de ese monumental edificio, construido con rocas gigantes, que en aquella época era toda una fortaleza impenetrable, todavía están los ganchos en donde fueron colgadas por diez años (1811-1821), las cabezas de HIDALGO, ALLENDE, ALDAMA y JIMENEZ, como escarmiento al pueblo; creo desde mi punto de vista, que esos ganchos deben de retirarse, con los apellidos que rezan en cada esquina es suficiente.
Les cortaron la cabeza, por la matanza que ellos ocasionaron en ese lugar y precisamente los colgaron en la Alhóndiga, para que todos los vieran, conforme paso el tiempo, la carne empezó a desprender del hueso; hasta quedar las “calacas pelonas”…
Así le podríamos seguir…pero les recomiendo que la historia la estudiemos al derecho y al revés, pues ya ven, cuando el gobierno dice que la gasolina no va a subir, al día siguiente sube. La vitalidad histórica de México radica en la constante revisión que de si mismo puede hacer; es la sabiduría que induce a sacar fuerzas de la debilidad, que aconseja a negociar en vez de pelear, es la sabiduría histórica de un pueblo que hizo la independencia que nunca intentó rebasar sus fronteras y que defendió estas precisamente para afirmar el derecho de buscar su propio camino.
Es la sabiduría de un pueblo que no es adorador del triunfo, como pueblo viejo y joven que somos, el pasado que ayudo al presente, hace que este, que pronto será pasado contenga en si los gérmenes del futuro. VIVAN LOS HEROES QUE NOS DIERON PATRIA Y LIBERTAD, ¡VIVA MEXICO!.
Porque México creo en ti,
Como el vértice de un juramento.
Tú hueles a tragedia tierra mía,
Y sin embargo ríes demasiado;
Acaso porque sabes que la risa,
Es la envoltura del dolor cayado.
¡PUEBLO DE MEXICO!. En nombre de HIDALGO en el bicentenario de la independencia, juran antes morir que dejarse arrebatar la libertad de la patria. ¡VIVA MEXICO!.
Sería todo y cuanto, enpartidadoble@hotmail.com