domingo, 2 de octubre de 2011

Practicar la Libertad de Expresión, equivale a “rascarle los huevos al tigre” y “sacarle la lengua a la muerte”

EN PARTIDA DOBLE
EDICION 131
CORRESPONDIENTE AL 8 DE NOVIEMBRE DEL 2010
Por Alejandro Mares Berrones

Practicar la Libertad de Expresión, equivale a “rascarle los huevos al tigre” y “sacarle la lengua a la muerte”


            El pasado viernes 5 de Noviembre, los helicópteros de la Marina sobrevolaron el cielo matamorense; que en breve se llenó de nubes de pólvora y más tarde la tierra se tiño de sangre, de plomo, de casquillos y de muerte. Pedazos de carne humana, quedaron regados en las calles del centro de esta ciudad; en vez de aire (Nitrógeno y Oxigeno), se respiraba miedo, terror y zozobra.
            Cuando la pólvora negra es quemada, deja un olor muy similar al azufre, eso fue lo que los ciudadanos de esta tierra brava, respiramos ese día. El ruido de las hélices y de los motores de los helicópteros, así como el estruendo de granadas y el cacaraqueo de las metralletas y las Cuerno de Chivo, hicieron que el pueblo de paralizara.
            Las escuelas echaron fuera a sus alumnos, las maquiladoras carecieron de obreros para sacar la producción, los comercios cerraron, el transporte público dejo de funcionar, en fin el caos reinó, las pérdidas fueron millonarias y no se descarta que los robos a comercios y gasolineras vayan en aumento, en los próximos días.
Esto, aunado a que los policías y tránsitos fueron acuartelados por instrucción del Comandante Supremo de las Fuerzas Armadas, o sea, de FELIPE DE JESUS CALDERON HINOJOSA, alias “El Carnicero”, pues en lo que lleva su administración, van más de 30 mil muertes, estamos peor que en IRAK.
            Las hélices de los helicópteros fueron comparadas con las alas del diablo;  Matamoros se convirtió en una zona de guerra, que inició a eso de las diez de la mañana y concluyó hasta el día siguiente.
Se calcula que fueron 24 horas de constantes enfrentamientos entre elementos de la Marina, Ejército y Policía Federal contra  civiles armados. El resultado oficial de este operativo militar, fue la captura de algunas personas, así como las muertes de otras. Extraoficialmente se cree que hayan muerto más de sesenta miembros de la delincuencia, así como otro número similar, por parte de las fuerzas federales.
Lo más lamentable es el asesinato de un reportero policiaco de un diario local, de nombre CARLOS ALBERTO GUAJARDO ROMERO, quien por tratar de cubrir el evento belicoso que se estaba sucitando, se posicionó en medio del fuego cruzado, y fue abatido a tiros de grueso calibre. Su cuerpo sin hálito de vida quedó en el interior de su vehículo, una camioneta Lobo modelo 2001; la única arma que portaba el compañero, era su cámara fotográfica.
Los periodistas somos como los robalos, nadando en aguas sucias; en cualquier momento un tiburón nos puede atacar, no existen garantías para ejercer con seguridad nuestra profesión, sobre todo para aquellos compañeros que cubre las fuentes policiacas, pues el cubrir la noticia, equivale hacer reportero de guerra y eso es lo que hacen nuestros compañeros “puntos rojos”; son reporteros de guerra.
Creo que con este hecho, tan lamentable, los medios de comunicación, deben al menos, brindar las herramientas necesarias a los compañeros que cubren las fuentes policiacas, tales como un seguro de vida “de muerte”, para los deudos del acaecido, así como dotarlos de chalecos con blindaje, pues las balas matan.
Tanto los delincuentes como los militares, no se disparan con panes, los plomos o encamisados de bronce y las expansivas, al hacer blanco en la humanidad de alguien, los destrozan; que decir de los calibres .50 milímetros que escupen las Barret del Ejército y de la Marina, son tan potentes y capaces, que pueden derribar aviones.
Prácticamente, los periodistas de esta frontera tamaulipeca, y en especial los de Matamoros, siempre hemos escrito con sangre; en esta época contemporánea de nuestra profesión, hemos tenido que narrar los asesinatos de algunos compañeros, como el de PABLO PINEDA, compadre de CARLOS ALBERTO GUAJARDO, el de FRANCISCO “PACO” ARRATIA, quien también se desempeñaba como catedrático del CBTIS 135, el de SAUL MARTINEZ, subdirector de otro medio local.
Que decir de los desaparecidos como JAIME “JIMMY” SANCHEZ, de los que han sido agredidos físicamente como ARMANDO GONZALEZ TREVIÑO, o a los medios que los han amedrantado con bombas y que les han quemado sus instalaciones. Matamoros, no es una tierra fácil, para ejercer el periodismo.
Practicar la libertad de expresión en esta ciudad, equivale,  “rascarle los huevos al tigre”, o peor aún, sacarle la lengua a la muerte; y todavía hay quienes se atreven a juzgarnos, ¿qué porque no publicamos algunos hechos?, ¿Qué como LOPEZ DORIGA si lo hace?.
Porque ese cabrón, está allá en México, que se venga para acá a ver si le entra a los chingadazos. Además la información que manejan las fuerzas federales, está centralizada, es allá en el D. F. donde tienen a sus voceros oficiales, por lo tanto la versión oficial, se “revienta” en el centro del país.
 En los diarios de la provincia, hasta el día siguiente se publica que paso, pues los noticieros televisivos, tienen la exclusiva para sacar a la luz pública la versión oficial.
Aquí nos amenazan los malos, nos balea el Ejército, como el caso del compañero recientemente acribillado y de paso los pinches políticos nos mandan golpear; pues como dijo el cura: ¡Está cabrón!.
Por eso escribo y lo ratifico, el redactar un género periodístico, cualquiera que este sea, significa escribir con sangre, pues cada letra, cada palabra, cada enunciado, cada oración, cada idea, cada texto; de alguna u otra forma, va impreso el pensamiento de aquellos que han muerto por la defensa y el ejercicio de nuestra profesión.
Y como dijo el poeta, no TOMAS YARRINGTON, sabemos, bien que sabemos, que el publicar o combatir a la impunidad, a la corrupción, a la ambición, a la ignorancia, a la hipocresía y en general a la maldad con letras, tinta y papel, utilizando para ello los medios tecnificados, es sinónimo, a nadar en aguas negras.
 Lo anterior, tiene sus consecuencias, esto no nos amedrenta y ¡por cada periodista que maten, millones se levantaran prestos a defender la LIBERTAD DE EXPRESION!. Sería todo y cuanto, enpartidadoble@hotmail.com